Estrellas y pintores
Es muy común que las grandes divas internacionales hayan servido de inspiración para pintores y hasta hayan accedido a posar para alguno de sus cuadros. La actriz mexicana María Félix es el mejor ejemplo. José Clemente Orozco hizo un retrato de ella imaginándola como una calavera maquillada. Diego Rivera le hizo un dibujo al carbón cuando la estrella estaba protagonizando
y un retrato al óleo en el que lucía un vestido de encaje blanco. A la diva no le gustó el retrato que hizo de ella Orozco y lo perdió cuando se mudó a Catipoato, y tampoco le agradó que Rivera la pintara con un seno caído y una pierna más larga que la otra, por lo cual se deshizo de ese retrato y terminó en poder de un famoso compositor.
Esta idea la asocio con el espectáculo de Alfredo Arias Hello Andy, protagonizado por Alejandra Radano, que se presenta los domingos en la Fundación Proa, y que concibe algo contrario a lo que suele ocurrir: allí plantea que Joan Crawford, la mundialmente famosa estrella de cine, llama por telefono a Andy Warhol a principios de los 60 para rogarle al artista pop (que apenas empezaba a ser conocido) que hiciera un cuadro con su imagen. Durante este show se proyectan fotos de la actriz en su madurez, tomadas de sus últimas películas, y que sugieren una imagen de ella camp y decadente.
Si Arias considera que la carrera de Joan
Crawford, que abarcó 47 años, declinó en su última etapa, esa
“decadencia” sería envidiable para cualquier actriz. En 1959 había enviudado de su último marido, Alfred Steele (un director de Pepsico) y esto la posicionó en el directorio de esa compañía y viajó a varios países, incluyendo la Argentina para difundir la PepsiCola. En 1962 rodó junto a Bette Davis y aceptó participar en las ganancias en lugar de cobrar un cachet. La película recaudó una fortuna y ella ganó muchísimo dinero. Cuando a los 47 años bailaba en , uno de los films que recuerda Arias, levantaba las piernas como una bailarina joven. Las escenas de
o como sugiere Arias, dan una imagen bizarra de la estrella, pero hoy son consideradas películas de culto.
Aun luego de su muerte, en 1977, se siguió hablando de Joan Crawford cuando su hija adoptiva mayor publicó el libro
donde narraba episodios de violencia en su vida familiar. Ahora en este original espectáculo ideado por Alfredo Arias se la vuelve a recordar, pero con afecto.