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“ACórdoba ya la conocía. Vine muchas veces con Banfield, aunque no me había tocado estar exactamente en este estadio. Siempre es un placer volver. Es un lugar hermoso y lo disfruto mucho. Espero llevarme los tres puntos a casa en mi primer partido como presidenta”.
Lucía Barbuto no disimula su pasión por los colores verde y blanco. O quizá todavía no se acostumbra a declarar con “formalidad”. Y por si hiciera falta aclararlo, se define como hincha y socia del Taladro “de toda la vida”.
Lula, como la llaman familiares, amigos y compañeros de trabajo, tiene 33 años, es asistente quirúrgica y está cerca de recibirse de licenciada en obstetricia.
El pasado 6 de octubre se convirtió en la primera mandataria electa de un club de la Primera División del fútbol argentino y en esa condición debutó la semana pasada en el Gigante de Alberdi, donde su equipo empató 1-1 con Belgrano por la 9ª fecha de la Superliga.
“Este es un partido muy especial para mí y para muchos otros dirigentes que están dando sus primeros pasos. En mi caso, si bien ya formaba parte de la gestión anterior, ahora me toca vivir la experiencia desde otro rol”, le dijo a PERFIL CORDOBA esta mujer que representa la avanzada de lo que ella misma define como “un cambio de época” en el deporte y en la sociedad.
Barbuto no es una desconocida en Banfield. Trabaja en el club hace 14 años con una fuerte participación en la actividad social y educativa de la institución del sur bonaerense, y se desempeñó como revisora de cuentas durante los seis años de mandato de Eduardo Spinoza, su antecesor.
“Es el compromiso más importante de mi vida”, afirma acerca de la responsabilidad de conducir los destinos del club de sus amores, función para la que reconoce tener “carácter y personalidad” y también esa “mirada sensible” que las mujeres aportan como nadie. Una mirada que brilla cuando le preguntan sobre su ídolo y ella interrumpe con un “¡¡¡Garrafa!!!”, en alusión a José Luis Sánchez, el mítico número “10” que lideró al equipo campeón de la B Nacional 2000/2001.
“¿La primera vez que fui a ver a Banfield? No me acuerdo, porque yo tenía semanas. Toda mi familia es hincha del club y mis padres, Reinaldo y Susana, me llevaban a la cancha desde que nací. Sí tengo presente la primera vez que fui sola, o la primera vez que fui con mi hermana Sofía, cuando ya era más grande”, cuenta Lucía.
“Hace algunos años varios amigos me invitaron a acercarme más al club y acepté. Me pareció bueno. Tenía que dejar de ser una opinóloga que estaba atrás de un arco”, añade.
SAD, violencia y selección.
“Me imaginaba que podía llamar la atención, pero nunca pensé que iba a causar tanto revuelo”, sostiene Barbuto sobre su arribo a la presidencia de un club de la máxima divisional, hecho que tiene un antecedente en 1971, cuando Natividad Gallego de Marcovecchio quedó a cargo de Platense por la renuncia del presidente Juan Santiago y del vice 1º Salomón Fainstein.
La flamante mandataria banfileña fue recibida días atrás por Claudio “Chiqui” Tapia, el titular de la AFA, quien la felicitó por su designación y celebró su incorporación a la mesa de las grandes decisiones.
—Está pendiente la discusión por el ingreso de las sociedades anónimas deportivas al fútbol argentino. ¿Cuál es la postura de Banfield?
—Nosotros ya expresamos nuestra posición. Lo dijo Eduardo (Spinoza) a lo largo de su presidencia y yo lo reiteré la semana pasada en asamblea: no estamos a favor de las sociedades anónimas por una cuestión lógica de coherencia con el tipo de club que tenemos, que cumple un rol social importantísimo en la comunidad de Banfield y en el municipio de Lomas de Zamora. En Banfield es algo impensado pero tampoco queremos que la chance se abra para otros clubes porque eso generaría una gran diferencia.