“Moyano debería ir a la Justicia y no ocultarse bajo una sotana”
marcelo villegas apunta a la familia del camionero por la “presión” contra las empresas y por las causas en su contra.
—¿Cómo analiza la situación de los Moyano?
—Hay que separar al Moyano sindicalista, en defensa de los intereses de los trabajadores, y otra cosa es cómo esa defensa se trasluce en una presión más allá de la lógica relación laboral. Aplaudo si logra mejoras para los trabajadores, pero el problema son los métodos que utiliza. Lo que se cuestiona es la presión, la demostración de fuerza. En la Provincia te encontrás con empresas familiares que tienen series dificultades de operación por estas cuestiones. Una de las principales armas que ha tenido Camioneros es el temor que generan en supermercados, en industriales, sean grandes o chicos. Ahora, en cuanto a las causas, si no tiene nada que ocultar debería presentarse ante la Justicia y no esconderse debajo de una sotana, o amenazar con movilizarse. Hay una confusión en muchos referentes sindicales como Moyano cuando se tratan temas de manejos económicos. Dice que se trata de fondos privados, pero son fondos públicos no estatales y requieren de una transparencia absoluta.
—¿Hay un problema estructural con los gremios?
—Hay un dilema de representatividad en el sindicalismo. Se habla de los camioneros, una cosa es Hugo, Pablo y la conducción y otra son los camioneros. Seguramente muchos coinciden en lo político pero muchos otros no. Pienso en Baradel en la cuestión docente: un dirigente gremial docente se preocupa por el salario, por las condiciones edilicias, pero, ¿es lógico que diga que quiere erradicar el neoliberalismo de las aulas? En Italia o Francia el representante sindical se limita al convenio colectivo y al gremio, y no quiere decir que esté vedado hacer política, pero no se mezclan los ámbitos.
—Como ministro de Trabajo bonaerense, ¿ve similitudes entre el Pata Medina, Balcedo y los Moyano?
—En el fondo los emparienta el modo en que se involucra a la familia como dueños de un sindicato o una actividad, cargos hereditarios, y la democracia sindical, “bien gracias”. En el caso de Medina, hay un ámbito específico territorial (La Plata) donde la ley era la de Medina; en el caso Moyano, un ámbito funcional con todas las ramas, con distintos niveles de sofisticación. La Justicia va a tener que resolver esa situación. —¿Cómo ve la CGT?
—Veo una fragmentación: hay sectores dispuestos a discutir y negociar. Hay un 66% de dirigentes dispuestos a trabajar y hay un tercio que no tiene ganas de construir. Lo he escuchado a Pablo Moyano decir que está perseguido por no apoyar la reforma laboral. Tiene una autoestima sobrevalorada y una justificación de situaciones judiciales. Si no tiene nada que ver, que pida acelerar su causa.
—¿Hay una crisis de empleo en la Provincia?
—No es una crisis terminal, pero son momentos muy complejos. Si uno mira el empleo de septiembre se ve que en el neto, entre altas y bajas, hay 5 mil puestos de trabajo más que en agosto. De todas formas, hoy no están bien los sectores textil, de calzado y vestimenta; y tampoco lo están algunos industriales. Desde el ministerio estamos trabajando en la fiscalización, la restitución de derechos y el equilibrio en el mundo de las relaciones laborales. Acá se llega a la huelga muy rápido. En otros países hay meses de discusión, negociaciones. Y la medida extrema es una huelga. Hay que revisar el trabajo a reglamento, el estado de asamblea permanente, la toma pacífica, el paro por solidaridad. Son las cosas que tenemos que poner en orden.
Dentro de la CGT hay un 66% de dirigentes dispuestos a trabajar y hay otro tercio que no tiene ganas de construir.