El gobierno y la industria esperan señales de bolsonaro
Para los privados, la recuperación llegará antes por Brasil que por el mercado local pero hay alerta por proteccionismo y el “riesgo ajuste”.
Mientras que los economistas creen que la llegada de Jair Bolsonaro disipa las dudas del mercado sobre la senda de reformas y ajuste de Brasil, en la industria local, golpeada por la recesión propia, se preguntan si el plan de achique no traerá el mismo efecto en lugar de generar condiciones para que crezcan las exportaciones al país vecino.
El mantra se mantiene. “Lo importante es que Brasil crezca”, señalan los industriales y el ala productiva del Gobierno. Pero advierten que es necesario definir las reglas del juego o si el Mercosur irá a acuerdos bilaterales.
El macrismo promueve más acuerdos comerciales, lo que implica acceso a nuevos mercados pero también más apertura del mercado local, donde hoy el dólar se acerca a US$ 35 y con una inflación de 47,5% para el año, entre los fabriles se vuelve a hablar de riesgo de atraso cambiario.
El dato que miran es el de las ventas de manufacturas industriales. El año pasado, esa cifra rondó los US$ 18 mil millones. Para este año, se prevé que en total las exportaciones a Brasil lleguen a los US$ 11.500 millones, pero la mayor parte está vinculada al sector industrial, salvo ventas de trigo y otros alimentos.
“La industria automotriz es más del 40% de las exportaciones MOI”, remarca uno de los actores del sector, el representante de los autopartistas Raúl Amil, presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC). “Tenemos perspectiva de que a partir del primer trimestre empiece a levantar la actividad”, señala, pero reconoce que el sector es “muy Brasildependiente”.
Esta semana hubo un reconocimiento por parte del gobierno argentino de que habrá una flexibilización del Mercosur, como había anticipado PERFIL, después de que el principal asesor económico de Bolsonaro, Paulo Guedes, diera marcha atrás tras decir que el Mercosur no será prioritario. En realidad, lo consideran “un lastre”.
El riesgo de que Bolsonaro, a lo Trump, recurra al proteccionismo o “se corte solo”,
las ventas a Brasil, sin los autos, crecen un 20% según datos de agosto
también está presente para el sector privado que no recibió señales claras. El gobierno argentino espera que Brasil traccione la economía y prepara una reunión con el nuevo mandatario y su equipo antes de que asuma, el 1º de enero próximo.
“Cuando Brasil empezó a caer la pasamos muy mal”, recuerda Amil, que evaluó que “Brasil tuvo una crisis económica derivada de una crisis política. Tenemos esperanza de que esto se encamine algo más estable”.
Para la UIA, los datos de crecimiento de la actividad industrial de Brasil son ausipiciosos, de la mano del peso del sector de autos. “Si a las exportaciones de manufacturas de origen industrial, que crecieron 49,7% en agosto, les descontamos el crecimiento de las ventas externas de la industria automotriz (que crecieron 69,1%), hubieran tenido un crecimiento de 20,9%. En el acumulado, las exportaciones MOI a Brasil suman 49,7% de incremento”,