Más olas de migrantes atraviesan México en camino hacia ee.UU.
En pocos días, cuatro podrán ser las caravanas de centroamericanos que atraviesan México rumbo a los Estados Unidos: a las dos que ya marchan hacia la fontera se suma otra que espera entrar por Guatemala y una más recién partió de Honduras.
La más adelantada, integrada por unas 7 mil personas, cumplió 22 días de haber partido de San Pedro Sula, y ayer salió de Matías Romero, rumbo a Donají, estado de Oaxaca, en camino hacia el de Veracruz, desde donde pretende marchar hacia Ciudad de México.
La segunda se disponía ayer a salir de Huixtla, rumbo a Mapastepec, en el estado de Chiapas, pero ambas se encuentran en condiciones cada vez más precarias y, aunque muchos reciben ayuda de los pobladores locales, otros enfrentan creciente hostilidad de los lugareños.
Contrastes. Mientras a veces es acogida bien, como ocurrió en Juchitán, donde fue alojada en un refugio de la central de buses y luego en Matías Romero disfrutó de alimentos, agua y servicio médico, en otras la caravana es recibida con temor y desconfianza, como le sucedió
en un pueblo los comercios cerraron y se suspendieron las clases al llegar
la caravana
en Huixtla.
Por ejemplo, en Santiago Niltepec, a la que llegó el primer contingente el lunes último, los comercios cerraron sus puertas, y las clases fueron suspendidas. Los restaurantes no permitían el paso de los migrantes, sino solo de algunos periodistas o personas que no tenían apariencia de ser miembros de la caravana.
“A todos lados por donde pasamos, está cerrado. A lo mejor nos tienen miedo. La mayor parte de la población nos ha tratado bien, pero algunos nos insultan”, afirmó un hombre llamado Urrieta, proveniente de Honduras.
Las autoridades locales de municipios incluidos en el itinerario de los centroamericanos se quejan de los altos costos que tiene para sus arcas atenderlos, calculado en unos 115 dólares por persona en el caso de Tapachula, que habilitó la sede de la Feria Internacional como alojamiento.
El alcalde Oscar Gurría afirmó que el éxodo migratorio ha agudizado “la crisis financiera” de su administración.
Moral. A todas estas circunstancias adversas se suma la baja moral, y los estragos físicos que ha dejando en los miembros del contingente el largo recorrido, que suma más de 750 kilómetros.
Algunos de los migrantes se muestran desesperados por la larga ruta y por la negativa de algunas empresas a alquilarles autobuses a bajos precios para trasladarlos a la Ciudad de México.