La rentabilidad aumenta 21% en las empresas diversas
hispanoamericanas. Ese sesgo marca que un alto porcentaje de la población cree que “si una mujer gana más que su marido, es una razón de conflicto en la familia” (un 33% lo cree en Latinoamérica, contra un 14% en Europa).
El segundo desafío son los “conceptos que no se reconocen como propios, pero que se repiten en el tejido social como verdades inconscientes”. Las mujeres suelen ser penalizadas por actitudes “poco femeninas” como intentar ganar más poder, hablar demasiado en público, demostrar enojo en público o negociar por un mejor salario, detalla el informe.
El tercer punto pone el foco en las diferentes percepciones que tienen –tanto hombre como mujeres– sobre las verdaderas causas de la desigualdad. Por ejemplo, el 39% de los hombres responde que “su industria no suele ser atractiva para las mujeres” mientras que solo el 21% de las mujeres que trabajan en esa industria responden lo mismo.
El cuarto desafío es la dificultad de las mujeres en cargos junior para encontrar un CEO o algún otro cargo senior dispuesto a ser su mentor. En cambio, el 80% de la población profesional masculina admite tener un “sponsor” de mayor rango. Para McKinsey, encontrar modelos en los superiores genera un apoyo para favorecer el desarrollo de una carrera profesional.
El quinto punto es la flexibilidad laboral, que es “importante para todos, pero especialmente necesaria para mujeres” que deben afrontar el “doble turno”. El 57% de las ejecutivas en puestos senior señaló que, además de su puesto de liderazgo laboral, se encarga de la organización familiar.
“Mejorar la igualdad de género y la situación de las mujeres no es solo una cuestión de derechos humanos de las mujeres, sino también una contribución al crecimiento empresarial y al desarrollo económico general”, dijo la coordinadora regional del Programa Ganar-Ganar por parte de ONU Mujeres, Esther Senso, durante la presentación de ese programa. Y retomó el informe.
“El Instituto McKinsey Global afirma que, si en cada uno de los países las mujeres desempeñaran el mismo rol de los hombres en los mercados, se podría agregar casi $ 28 trillones (26%) al PIB global antes de 2025”, remarcó Senso.
Mejorar la igualdad puede mejorar el crecimiento económico general
Si una empresa es más diversa, la rentabilidad mejora un 21% y si también es más inclusiva en cuanto a etnia, la cifra asciende a un 33%, de acuerdo con los datos de McKinsey.
El 57% de las ejecutivas senior señaló que además de su trabajo debe afrontar el doble turno de las tareas del hogar.
Con la inclusión de las mujeres, el PBI global puede crecer un 26% según McKinsey.
El 39% de los hombres cree que no hay discriminación.