Poder femenino, emojis y tutela parental de femicida
En Espectáculos del sábado 3 hay dos modelos de “éxito” femenino. La tapa destinada a la protagonista de destaca que ella será la primera mujer presidenta del país más poderoso del mundo.
Titulan la nota: “Una dama en el trono sangriento”. El trono construido con espadas nos remite a monarquía y poder individual al que solo se accede a través de la violencia.
El detrás de escena de esta decisión es que el actor principal que ocupaba el “trono sangriento” era Kevin Spacey, acusado de abuso sexual por un joven actor y por otras denuncias. Así las cosas, era tanto el costo de identificar como presidente a un abusador que decidieron poner al personaje de su mujer en la presidencia.
Mientras tanto, en el mundo real, Hilary Clinton perdió las elecciones a manos de un Donald Trump acusado de acoso y abuso sin ningún costo político.
La contratapa del suplemento es una columna de la talentosísima directora de cine Albertina Carri, ganadora del Premio Cóndor de Plata. Dedica la nota a su última película
y relata el camino de creación a través de la interlocución con amigas y compañeras, la construcción de poder basado en la confianza y la sororidad colectivas, la paulatina fortaleza de un tejido minucioso que no tiene un único centro que desplace el resto a la periferia, sino que vibra con cada nudo despertando armónicos solidarios en los otros. “Historia de contagio y ya no de herencia”, llama Albertina a esta trama que vamos construyendo en el feminismo. No se trata de más poder, se trata de otro poder.
Defensora de Género
En la sección Ciencia del sábado se difunde una campaña para sumar emojis de chicos jugando. Varias empresas unen esfuerzos para cubrir una laguna en esas herramientas preferidas por la juventud para transmitir situaciones y emociones: “niños jugando”. El objetivo es que no pasen tanto tiempo frente a la pantalla y destinen más tiempo al aire libre y el deporte.
Los dibujos muestran niñas rubias o castañas, niños blancos o negros para significar “niño en una hamaca”. La imagen más usada de movimiento es “persona en bicicleta”. Me llama la atención que lo que se promueve es un deporte y un juego individual. El derecho al juego se satisface sin necesidad de otros niños o niñas.
La foto que ilustra la nota es una mujer joven sentada sola en un banco de plaza, con la vista fija en su celular. Quizás es una madre buscando un emoji para contarle a alguien que llevó a su hija o hijo a hamacarse, quizás aprovecha que se hamaca para mirar mensajes en las redes.
La columna de Nadia Galán en la sección Policiales del domingo contrapone de modo elocuente el antes y el después de una ley que quita a los femicidas la responsabilidad parental sobre las víctimas secundarias de su delito. El caso que inspiró esta ley fue el femicidio de Rosana Galliano a manos de un asesino contratado por su ex esposo José Arce instigado a su vez por su madre.
Arce y su madre fueron condenados a cadena perpetua, pero paradójicamente quedaron a cargo del cuidado de los hijos de Rosana que apenas tenían 3 y 4 años. La obvia irracionalidad de que la tutela de los hijos esté a cargo de un femicida (Arce sigue teniendo esa prerrogativa) encontró su fin con una ley inspirada por la ONG La Casa del Encuentro. La periodista reseña tanto el caso de Arce como el de la primera aplicación de la ley: el psiquiatra Leimann Patt, condenado a perpetua por el crimen de su mujer, a quien se le quitó la tutela sobre el hijo de ambos. Y muy bien, agrega un recuadro con el 144 como recurso para solicitar ayuda en caso de violencia de género.