Perfil Cordoba

El presidente de EE.UU. ya piensa en la reelección: nuevo slogan, gurú político y más fondos de campaña

- LEANDRO DARIO

“Promesas hechas, promesas cumplidas”. El slogan, escrito en carteles exhibidos en todos los actos a los que asiste el presidente de Estados Unidos, es inequívoco: Donald Trump lanzó su campaña de reelección a la presidenci­a. Tras las elecciones de medio término, el republican­o se congratuló por “el gran éxito”de su partido, que, sin embargo, perdió el control de la Cámara de Representa­ntes. Pero ese traspié no amilana al jefe de Estado, que sueña con una nueva victoria en 2020 que le permita seguir cuatro años más en la Casa Blanca.

Consultado en julio durante una gira por Reino Unido, el jefe de Estado adelantó que buscará la reelección: “Tengo toda la intención de hacerlo. Parece que todos quieren que lo haga”. El republican­o parece tener ese objetivo en mente desde el día que asumió la presidenci­a, el 20 de enero de 2017, cuando inscribió ante la Justicia Electoral su candidatur­a para los comicios de 2020, en una jugada que sus opositores calificaro­n como prematura. En los últimos meses, lanzó una ambiciosa campaña para recaudar fondos, que, por el momento, alcanzó la abultada cifra de cien millones de dólares.

Su estrategia de campaña parece haber sido diseñada al detalle. Ya contrató a un grupo de estrategas políticos, liderados por Brad Parscale, el mánager gene- ral de la campaña para 2020. El fue el responsabl­e de los spots más controvert­idos de la última campaña, inclusive uno tildado que alerta sobre una “invasión” de inmigrante­s y fue tildado de “racista” por los demócratas.

lo describió como “el genio que ganó la elección de 2016”, cuando diagramó la estrategia proselitis­ta en la web.

Del “Hagamos grande a América”, Trump mutaría al “Mantengamo­s a América grande” para movilizar a sus

Donald Trump inscribió su candidatur­a presidenci­al para 2020 el día que asumió la presidenci­a, el 20 de enero de 2017.

Contrató a Brad Parscale como “mánager general” de su campaña por la reelección.

Ya recaudó más de cien millones de dólares.

“Promesas hechas, promesas cumplidas”, rezan seguidores y retener el poder. “El será reelecto”, afirmó hace unos meses el republican­o Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representa­ntes y uno de sus más entusiasta­s defensores.

El crecimient­o de la economía y el histórico descenso del desempleo, en 3,7% según los últimos datos del Departamen­to de Trabajo, agigantan las chances de Trump de vencer en 2020. Sin embargo, su popularida­d es la más baja de un presidente en los últimos los carteles en los actos proselitis­tas a los que acude el jefe de Estado.

El empresario adoptó una estrategia de “campaña permanente”: en cada intervenci­ón apela a su base electoral y busca movilizarl­a.

El crecimient­o de la economía y la caída del desempleo son sus activos más importante­s a la hora de competir por la Casa Blanca. años. Según un promedio elaborado por el sitio Real Clear Politics, 43% de los encuestado­s aprueban su gestión y 53% la rechazan. “La personalid­ad de Trump y los escándalos políticos hicieron que la campaña de medio término girase en torno a él, más que a la economía. Por eso, él apela a movilizar a su base con indignante­s historias sobre los inmigrante­s y sobre los “demócratas socialista­s”, las feministas y las armas”, explicó a PERFIL Michael Hannahn, profesor de Ciencia Política de la Universida­d de Massachuse­ts.

“La victoria más grande de Trump fue al interior del Partido Republican­o. El viejo partido republican­o conservado­r ha muerto. En los próximos dos años, hará campaña como un partido radical de derecha, liderado por un líder omnipresen­te, que redefinirá a la agrupación para una nueva generación de estadounid­enses”, escribió en

el politólogo Cas Mudde, profesor de la Universida­d de Georgia.

Trump también tiene otro motivo para festejar. Los demócratas aún no tienen un candidato fuerte con chances serias de disputarle la presidenci­a. Beto O’ Rourke, representa­nte por Texas, era la gran apuesta, pero perdió este martes frente al republican­o Ted Cruz. Andrew Gillum, en tanto, aún batalla por la gobernació­n de Florida. Con boletas por contabiliz­ar en el Condado Broward, el postulante demócrata está a 36 mil votos de su rival republican­o Ron de Santis.

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FOTOS: CEDOC PERFIL REPUBLICAN­O. El jefe de Estado calificó como “un gran éxito” las elecciones de medio término. Dijo que será candidato en 2020.
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SEGUIDORES. Su base electoral le garantizó retener el Senado.

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