Una de las caravanas de migrantes avanza hacia la frontera con EE.UU.
Alrededor de cuatro mil migrantes de la caravana de centroamericanos que marcha rumbo a la frontera con Estados Unidos partieron ayer desde un estadio de la Ciudad de México.
A las cinco de la mañana, los centroamericanos comenzaron a salir del estadio Jesús Martínez “Palillo” del Centro Deportivo de la Magdalena Mixhuca, que había sido habilitado como albergue para ellos, y usaron el metro para llegar a la parte norte de la capital mexicana.
“Nos vamos a Querétaro, nos vamos”, dijeron algunos ante los periodistas presentes. Los migrantes, la mayoría de ellos hondureños, recogieron sus pertenencias y abandonaron el campamento instalado en el estadio, al que llegaron desde el fin de semana pasado.
Tras salir de la estación Cuatro Caminos del metro, el contingente empezó a caminar por la vía lateral de Periférico Norte, para llegar hasta la carretera México-Querétaro. Muchos, al menos unos 1.000, se adelantaron y partieron el viernes.
En la autopista, algunos lograron subir a buses y camiones que les ofrecieron llevarlos, otros simplemente van caminando. En el grupo, que es el grueso de una primera caravana que ingresó a México el 19 de octubre, hay hombres, mujeres, niños y algunos adultos mayores.
La caravana inició su viaje en San Pedro Sula, Honduras, el 13 de octubre. Los migrantes ingresaron a México de forma irregular al país y desde entonces han recorrido los estados sureños de Chiapas y Oaxaca, así como el oriental Veracruz y el central Puebla para llegar a Ciudad de México.
Tras permanecer casi una semana en el estadio, la caravana decidió en una asamblea reanudar su marcha hacia Estados Unidos.
La caravana es la primera de tres que entraron a México en las últimas semanas y todavía se encuentra lejos de la frontera con Estados Unidos, a donde quieren llegar para pedir asilo. Algunos, sin embargo, contemplan la opción de quedarse en México ante las advertencias lanzadas por el presidente estadounidense, Donald Trump.
El grupo en principio acordó ir a Tijuana, en el noroeste, que limita con la californiana ciudad de San Diego, haciendo escalas en el camino. Esta ruta es la más segura para llegar a la frontera estadounidense, aunque también la más larga, unos 2.900 kilómetros desde Ciudad de México.
Otros, sin embargo, pretenden elegir el camino más corto y entrar por Texas, unos 900 kilómetros hacia el noreste, pero esta ruta, que requiere ir hacia el estado de Tamaulipas, es la más peligrosa, ya que en ella abundan los carteles de narcos.
Las otras dos caravanas centroamericanas se encuentran todavía en el sur del país. Suman en total entre 3.500 y 4.000. Otro grupo de unos 200 salvadoreños entró el viernes a México de manera irregular por el río Suchiate, pero fueron detenidos por las autoridades migratorias. Con los demócratas controlando la Cámara de Representantes, y los republicanos ampliando su dominio en el Senado, las elecciones de mitad de mandato arrojaron un Congreso tan profundamente dividido como parece estarlo la sociedad norteamericana.
A primera vista, el legislativo se encamina a un inevitable bloqueo. Mark Carl Rom, especialista de la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Georgetown, en Washington, cree que va a ser muy difícil que en los próximos dos años surjan leyes significativas y ve un avance conservador en la Justicia.
“Va a ser muy difícil que se aprueben leyes importantes porque se necesitaría un acuerdo entre los
La mayoría eligió el camino más largo para evitar carteles de narcotraficantes “Será muy difícil que se aprueben leyes importantes. Los partidos están muy divididos.”
dos partidos, que hoy están muy divididos, dice Rom a PERFIL. Podemos esperar que el sistema judicial se mueva en una dirección más conservadora, ya que el Senado es quien controla los nombramientos”.
A los demócratas, agrega, el control de la Cámara baja les permitirá llevar adelante lo que se conoce como investigaciones
es decir de control, monitoreo y acompañamiento de toda la actividad del gobierno y de las agencias federales, y sobre el propio Trump y los miembros de su gabinete.
“Las dos más probables áreas de acuerdo son infraestructura y comercio, ya que los legisladores deberán proteger y beneficiar a sus electorados”, advierte Rom.
—¿Qué temas dividen a demócratas y republicanos?
—El sistema de salud y la inmigración. Los demócratas quieren un sistema de salud universal y financiado por el gobierno, cosa que los republicanos rechazan. Estos, a su vez, se opode nen a la inmigración masiva, mientras que los demócratas ya adelantaron que no quieren financiar el muro fronterizo que defiende Trump.
Otro elemento destacado
Mark Carl Rom es un experto en política norteamericana de la tradicional Georgetown University de Washington DC.
Su área de interés son las políticas financiera y estatal, y las reformas étnicas, entre otros asuntos.
Ha sido asesor en el Congreso y en la Oficina de Control del gobierno norteamericano.
Entre otros, ha escrito un libro sobre el sistema de salud, los comicios fue la llegada al congreso de un número histórico de mujeres, además de candidatos de minorías y LGBT. Para Rom, eso es algo extraordinario. “El 40 por ciento de los demócratas en el Congreso son mujeres. Gente de color, de diferentes grupos étnicos, de grupos religiosos, de LGBT, todos están en esa bancada”.
“En el próximo Congreso tendremos las dos primeras musulmanas, las dos primeras nativas, y también el primer gobernador que reveló ser gay. Es una impresionante apertura hacia la diversidad la que ha hecho el partido demócrata en estas elecciones”.
—¿Podrán ganar los demócratas la presidencia en 2020?
—Los demócratas no creían que el presidente Trump podría ganar las elecciones y ahora me temo que puede volver a hacerlo. Necesitan enfocarse en temas que sean populares entre los jóvenes, las minorías, pero también entre el electorado blanco de mediana edad. Necesitan un líder, y aún no está claro quién puede ser su mejor candidato para 2020.