Una versión a la que le falta enigma para ser un policial
Finalmente se estrenó en Buenos Aires la obra teatral de Agatha Christie (1890-1976) La ratonera. Con más de sesenta años en cartel en Londres, más de veinte en Mar del Plata y algunos menos en la ciudad de Rosario. Esta autora británica es conocida mundialmente por sus novelas policiales, que también fueron llevadas al cine. Una de sus mayores características no solo fue crear inspectores emblemáticos (Hércules Poirot y Miss Marple) sino también que jamás describió escenas sangrientas. Cada una de sus creaciones respira aire inglés, esa cierta flema o mirada sobre el mundo que tienen los de esa nacionalidad. Primero fue una novela a la que Christie tituló Tres ratones ciegos, en 1952, pero ante la repercusión la transformó en texto dramático, cambiándole el título pero manteniendo los personajes y acciones. Como tantas de sus creaciones, sus criaturas quedan atrapadas o encerradas por distintos motivos –se recuerdan trenes o cruceros–, y en ese encierro se irán descubriendo sus personalidades. En esta obra la excusa la dará una tormenta de nieve.
En esa fría casa de huéspedes de Monkswell Manor, al matrimonio anfitrión se le sumarán seis nuevos huéspedes que por distintos motivos se alojarán allí. El secreto de la autora es caracterizar a cada uno como posible criminal, pero también como víctima. Nadie es perfecto ni en su maldad ni en su inocencia. La versión que se presenta en la avenida Corrientes carece de esta atmósfera, aunque se diga que la acción ocurre en las afueras de Londres. Sus criaturas dicen pero nada de lo que hacen o emiten nos acerca a ese mundo tan particular. La dirección de Jorge Azurmendi no encontró ese tono tan imprescindible para esta historia policial. Hay serios errores entre lo que sucede en el escenario y lo que ven los espectadores. Varios protagonistas se quejan del frío y las actrices lucen modelos con telas muy livianas y sin medias, mientras que los actores tienen dos chaquetas encima.
Desde el inicio se sabe que hubo un crimen y se espera que haya otro en esa casona habitada por extraños huéspedes, pero el misterio no se hace presente. Los apagones y los cambios de luz, como queriendo subrayar sucesos, tampoco ayudan al misterio.
En el elenco hay excelentes intérpretes y muchos de ellos con extensa trayectoria, pero no alcanza para que la historia crezca y concite la atención del espectador. Desde Hugo Arana, María Rosa Fugazot, Daniel Miglioranza, Valentina Bassi, Gloria Carrá, Fabián Mazzei y Guillermo Pfening hasta Walter Quiroz tendrán sus momentos pero no siempre estuvieron acompañados por la dirección. A esta versión de La ratonera le falta misterio para que llegue el verdadero policial.