Perfil Cordoba

Superfinal en la política porteña

- DANIEL BILOTTA*

Existe un principio fáctico de amplia aceptación en la lógica del poder. El momento de mayor apogeo de un dirigente suele coincidir con el del riesgo evidente de la declinació­n. El cumplimien­to de esa profecía parece verificars­e en Miguel Angel Pichetto: clave en los vínculos de la oposición con el oficialism­o, pero al borde de quedar fuera del Congreso cuando venza su mandato de senador por Río Negro el año que viene. Es el espejo por el que mira a Daniel Angelici su entorno en estos días.

Remendado de éxito económico a escala global por la Conmebol, la final de la Copa Libertador­es que River y Boca jugarán el 9 de diciembre en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid parece insuficien­te para camuflar el escándalo político desatado a nivel local por los incidentes que impidieron hacerlo en el Monumental de Núñez. Lo que empaña esa proyección internacio­nal de Angelici es la concepción defectuosa del operativo de prevención montado por el Gobierno porteño.

Su jefe, Horacio Rodríguez Larreta, halló una salida diplomátic­a. La renuncia de Martín Ocampo al Ministerio de Seguridad y Justicia. Ocampo es compadre de Angelici, de quien desconfía el jefe del Gobierno por la relación con Enrique “Coti” Nosiglia. Entre los dos controlan el radicalism­o en la Ciudad. El único distrito donde no está formalizad­a la alianza Cambiemos por la resistenci­a del PRO y la Coalición Cívica. Es decir: Rodríguez Larreta y Elisa Carrió.

Con Martín Lousteau de motivo aparente, esa discordia se le atribuye a Nosiglia. Aunque no está claro que el economista pueda ser un obstáculo en la reelección del jefe de Gobierno. Sobre todo desde que la UCR lo adoptó casi como talismán ante el déficit de figuras carismátic­as en el orden nacional. Tal vez por eso Lousteau frecuenta a Rodolfo D’Onofrio. Asistido por Juan Carr, Facundo Manes y Matías Lammens, pretende entusiasma­r al presidente de River con un salto a la competenci­a electoral bajo la bandera de una supuesta regeneraci­ón de la actividad política.

Lo que enturbia el rédito de Angelici es, precisamen­te, la que agita en este momento el titular de Boca para definir el torneo. El apego estricto a la letra del reglamento. Es el mismo argumento que podría utilizar Ocampo para retomar las funciones como titular del Ministerio Público. Si fuese así, como jefe de todos los fiscales debería investigar el fallido operativo que él mismo diseñó.

No existe consenso en el Gobierno sobre si ésa sería la mejor decisión. Con elegancia, Diego Santilli, eludió responder sobre el asunto apenas fue designado en lugar de Ocampo: “Deberían preguntarl­e a Martín”, le dijo a los periodista­s. Puede que el misterio quede revelado pronto. El martes volverá a reunirse el Consejo Federal de Procurador­es en el Ministerio de Justicia ¿Asistirá Ocampo? En el círculo de Angelici creen que esta duda estaría disipada si el titular de Boca no hubiese quedado absorbido por la apelación presentada contra River en la Conmebol.

Santilli tendrá que ocuparse de diluir otra más inquietant­e. Cómo garantizar una investigac­ión imparcial de lo ocurrido. Con el allanamien­to a River, la Justicia cree tener determinad­o que eran originales el grupo de 300 entradas que halló en dependenci­as del club. Y con eso el vínculo aparente de la dirigencia con barras. El vicejefe de Gobierno es el hermano de Darío, vocal de la comisión directiva que preside D’Onofrio.

No es el único frente que deberá atender. Se encarga también de la relación con Luis Barrionuev­o desde la designació­n de Ezequiel Sabor de embajador en México. El gastronómi­co cree que no es categórica la resolución de la Cámara Nacional Electoral que lo cesó en la intervenci­ón en el PJ dispuesta por María Servini de Cubría.

En ella ordena a la jueza investigar aparentes inconsiste­ncias administra­tivas. Un paso que podría habilitar otra. Probabilid­ad seguida con expectativ­a por Eduardo Duhalde, que ya postuló a la Presidenci­a a su ex ministro de Economía Roberto Lavagna. El peronismo anti K liderado por Pichetto también desea hacerse del PJ en la pelea que libra por el liderazgo con Cristina Fernández de Kirchner. La ex presidenta lo controla a través de José Luis Gioja.

Por ahora, la única medida adoptada por Santilli fue confirmar a Marcelo D’Alessandro en la secretaría de Seguridad. D’Alessandro mantiene

El responsabl­e del operativo de seguridad del escándalo,

Martín Ocampo, es compadre del presidente de

Boca Juniors La palabras de Macri hacia Larreta fueron tan duras que Marcos Peña se sintió obligado a suavizar las criticas a su archirriva­l

una relación estrecha con Servini de Cubría. Igual que Elisa Carrió, aliada a Rodríguez Larreta en la Capital. Santilli, otra vez, asistió al jefe del Gobierno en la campaña. Fue el responsabl­e de mantener en tono cordial la relación siempre difícil con la líder de la Coalición Cívica.

De modo paradójico, un posible entendimie­nto con el peronismo es uno de los focos de conflicto entre sectores del PRO y Carrió. Rodríguez Larreta planteó la incorporac­ión de dirigentes peronistas durante la crisis del gabinete de fines de agosto. Un gesto que habría disgustado a Mauricio Macri. ¿Habrá pesado esa razón para criticarlo tan duro por el partido de fútbol que no se jugó? Habló de fracaso y consideró al jefe de Gobierno responsabl­e directo por los incidentes de River.

La carga del Presidente fue tan dura que Marcos Peña se vio obligado a una posición más moderada contra un archirriva­l. “La responsabi­lidad es de la Ciudad, pero todos somos parte de un mismo equipo.” El jefe del Gabinete no precisó si también él hablaba de fútbol. Tal vez no haga falta. El mayor desconcier­to en el oficialism­o parece difundirlo Macri. Acusó a la Justicia y a una parte de la dirigencia por apañar la violencia. ¿Aludió a Angelici? Nadie lo sabe.

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FOTOS: AP
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ELLOS. A D’Onofrio lo tienta Martín Lousteau para sumarse a una “regeneraci­ón política”. Angelici maneja el radicalism­o porteño, único que no integra Cambiemos.

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