ADUCE QUE CON ESTA DECISION LA CONMEBOL DESNATURALIZA LA COMPETENCIA.
Lejos de apaciguarse por el anuncio de la Conmebol de jugar el partido de vuelta de la superfinal de la Copa Libertadores en el Santiago Bernabéu, ayer se reabrió la polémica cuando River puso en duda la concreción del partido, lo que técnicamente le abre a la definición un nuevo signo de interrogación.
A través de un comunicado emitido en su página oficial, el club de Núñez sentó ayer su postura de no jugar en España la final de la Copa Libertadores, alegando que la decisión tomada la semana pasada por la Conmebol “desnaturaliza la competencia”, en el mismo sentido que perjudica a quienes adquirieron su localidad en el estadio y afecta la igualdad de condiciones a partir de la pérdida de la condición de local”, según se lee en el comunicado. A continuación, se enumeran las razones a partir de las cuales River Plate sostiene la postura. Las mismas están resumidas en adjudicarle responsabilidad por la falla del operativo de seguridad del día sábado 24 del corriente mes, ocurrida fuera del anillo perimetral, a las autoridades del Estado, habida cuenta de que además el club se solidarizó con los perjudicados. Esto equivale a decir que los hechos que River Plate lamenta –y por los que se solidarizó oportunamente– no son de ningún modo responsabilidad del club.
“A los más de 66 mil asistentes que aguardaron pacientemente alrededor de ocho horas el sábado, y volvieron a concurrir por segunda vez al estadio el domingo, ahora se les niega la posibilidad de presenciar el espectáculo, en virtud de la evidente diferencia de costos y la distancia propia de la sede elegida”, destaca en otros de los párrafos, y a continuación define como “incomprensible” que el clásico más importante del fútbol argentino no pueda desarrollarse con normalidad en el mismo país que en los días que corren se desarrolla un G20.
“El fútbol argentino en su conjunto y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no pueden ni deben permitir que un puñado de violentos impidan el desarrollo del superclásico en nuestro país”, finaliza el escrito a modo de sentencia frente a la gravedad de los hechos ocurridos y que fueron de público conocimiento, a tal punto que adquirieron dimensión internacional.