Macri delega parte de la gestión en cinco ministros para enfocarse en la reelección
Tras el G20 y su descanso en Chapelco, sumará esfuerzos para encarar el año electoral. Dujovne, Stanley, Bullrich, Frigerio y Sica, los funcionarios empoderados por el Presidente.
Descansado, cuando hoy regrese de Chapelco para ver el superclásico, y retome la actividad oficial mañana, Mauricio Macri se prepara para encarar los próximos meses de su gobierno con dos premisas: apuntalar la gestión para estabilizar la economía y mostrar avances concretos y, a la vez, comenzar a recorrer el camino de la campaña para la reelección.
Con ese objetivo, el jefe de Estado decidió delegar parte de su administración en manos de cinco poderosos ministros el día a día de su gobierno para poder dedicarse, para mitad de año, full time a la actividad proselitista, que se entremezclará con las actividades propias de la gestión.
Tras el efecto positivo que generó el G20 hacia el interior del gabinete, y en el ánimo del Presidente y sus principales colaboradores, Macri planea encarar el año que viene con un grupo de ministros empoderados que trabajarán como voceros de la gestión y serán, a la vez, quienes concentren las negociaciones estratégicas con los actores económicos, sindicales y empresarios.
En ese marco, la nueva –buena– sintonía del gabinete se puede palpar en la Casa Rosada y en la residencia de Olivos. Se reúnen tres veces por semana con el Presidente (lunes, martes y jueves), un día a solas con el jefe de Gabinete, Marcos Peña (los miércoles) y los viernes organizan, desde el chat conjunto de Telegram, un almuerzo en restaurantes de San Telmo y Puerto Madero.
En el oficialismo explican que haber bajado de 21 a diez la cantidad de ministerios permitió no solo una mejor interacción entre pares sino un claro empoderamiento de cada uno de ellos hacia las relaciones con la oposición, la Iglesia, los sindicatos, los empresarios y las organizaciones sociales.
En ese contexto, para encarar el 2019 el Presidente empezará a descansar sobre cinco ministros en particular que, junto a Peña, serán decisivos para el futuro político del macrismo.
De los diez ministros, la mitad ya trabaja como voceros de la gestión y además concentra gran parte de la vida de la gestión cotidiana. En primer lugar asoma Nicolás Dujovne, el ministro de Hacienda, quien ganó la pulseada interna y tomó el control total de la economía. Junto al titular del Banco Central, Guido Sandleris, que formó parte de su equipo y fue propuesto por él para el cargo, trabajan para llegar a la campaña electoral con la macroeconomía estabilizada.
“Lo importante es dar un mensaje de que estamos en el camino correcto sin dar pronósticos”, le dijo Dujovne al gabinete en los últimos días. En el Palacio de Hacienda aseguran que la inflación bajará ostensiblemente y que, comparado con 2018, habrá una disminución considerable. Además, cree que, entre el campo y el sector energético, habrá dólares para sostener el tipo de cambio dentro de las bandas que acordó el Gobierno con el FMI.
El otro ministro clave será Rogelio Frigerio, el titular de la cartera del Interior, quien deberá sortear las leyes del Congreso, junto a su amigo Emilio Monzó, y además comenzará a recorrer las provincias en busca de acuerdos para plantear candidaturas locales. De hecho, esta semana estará en una gira por el sur, que incluye Tierra del Fuego y Santa Cruz.
Paralelamente, otro ministro clave será Dante Sica, hoy a cargo de la relación con la CGT y los sindicatos, y también quien viene pujando internamente porque Sandleris empiece a bajar las tasas de interés. Aún esa disputa viene siendo en voz baja ya que Dujovne le prometió que, en la medida en que se estabilice la economía, las tasas irán bajando. Pero la