Pese a los gritos de guerra, el frente gremial no amenaza a la Rosada
La conducción de la CGT, las principales figuras del Frente Sindical de Hugo Moyano y los gremios del transporte no materializaron ninguna de las amenazas que se habían oído en los días más fuertes de devaluación y disparada inflacionaria. Y más allá de conflictos sectoriales puntuales, como el de los aeronáuticos o trabajadores marítimos, no se perfila ningún dolor de cabeza en este frente para el oficialismo.
El ejemplo más elocuente es el del cosecretario de la CGT, Carlos Acuña, titular del gremio de estacioneros. En noviembre era una de las voces más vehementes a la hora de anticipar un nuevo paro de la central. Termina el año en medio de negociaciones para lograr que se apruebe una ley que otorgará a su gremio el 0,25% de la facturación en la venta de combustible de la provincia de Buenos Aires.
Los principales dirigentes de la central obrera peronista acordaron hace un mes que no era tiempo de huelgas tras la concesión de un bono por decreto. También cerraron filas ante los pedidos de cambios en la dirección. Esta semana el secretario general Héctor Daer estuvo junto a Gerardo Martínez (Uocra) representando a la CGT en el Congreso Sindical Internacional en la capital de Dinamarca, Copenhague.
Desde el Frente Sindical de Hugo Moyano, Ricardo Pignanelli y Sergio Palazzo se multiplican las críticas a la central pero no cuentan con la fuerza para impulsar un paro o forzar un cambio en la conducción. Incluso Camioneros parece encaminarse a un acuerdo para que el plus salarial del sector se limite a las empresas que pueden ofrecerlo.
Con la salida de Jorge Triaca, el ministro de Producción Dante Sica concentra ahora la negociación con los sindicatos. Varios dirigentes de primera línea están convencidos de que se le debe ofrecer un margen de acción, por eso anticipan, en estricto off, que no habrá novedades hasta el año que viene.n