“El principal problema del autor latinoamericano es que no ha dejado marcas en España”
Alberto Díaz tiene cincuenta años de experiencia en la edición, empezó en Alianza y desde ahí viajó por toda Latinoamérica. Conoce bien la realidad de la producción de esta parte del mundo. Para él, el mercado latinoamericano se ha reducido con los años. “Antes México, España y Argentina éramos un triángulo, donde cada industria producía por igual”, dice en su oficina, “pero a partir de los 70 la industria española empezó a crecer y nosotros a decrecer”. —¿Qué pasó en esos años? —Las editoriales españolas comenzaron a instalarse en Latinoamérica. Sin embargo, unos años antes el mercado del libro universitario brasileño estaba muy bien surtido por editoriales como Paidós (argentina) y Fondo de Cultura Económica (mexicana). ¿Y por qué pasaba esto? Porque el mercado brasileño aún no traducía, entonces entre una edición española y una inglesa preferían la española. Pero eso cambió a fines de los 60, cuando las editoriales brasileñas comenzaron a desarrollarse. Ahora, en paralelo, sucedió un desarrollo importante de editoriales independientes españolas (Lumen, Anagrama, etc.) y también de argentinas (Centro Editor, Tiempo Contemporáneo, etc.), que tenían gran llegada porque en esa época se leía mucho, pero vino la dictadura y muchas cerraron.
—Una desgracia tras otra.
—Y además sucede el boom, que lo capitalizan los sellos españoles, principalmente instalados en Barcelona; el único que logró capitalizar algo de este fenómeno editorial fue Editorial Sudamericana, que publicó a fines de los 60 de Gabriel García Márquez. —¿Después del boom hubo algún proceso de “integración editorial” entre nuestro mercado y el español?
—El boom fueron básicamente Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Julio Cortázar y García Márquez, eso serían los cuatro grandes del boom. Y después los mismos editores españoles empezaron a buscar otros autores, pensando en que no podía ser que Cortázar fuera el único argentino. Y así descubren a los maestros del boom y dan con Borges, Rulfo y Onetti.
—¿Por qué el boom vendió en España?
—Hegel decía que América era un continente inmaduro, y eso puede ser verdad en muchos aspectos, pero yo sostengo que su literatura es madura, y lo es en todo el continente, con características distintas obviamente. —¿Es una literatura con riesgo literario?
—La de más riesgo literario está en el Cono Sur, por eso esa incomunicación con España. Esa es una opinión que no podría validar con una investigación. —Hoy los escritores latinoamericanos están publicados por distintos sellos españoles, ¿cuál es a tu juicio su problema o el problema de cualquier escritor latinoamericano?
—Yo creo que su principal problema es que no han dejado marcas en los lectores españoles.