Perfil Cordoba

Todos, todas, ellas, ellos y la moral guerriller­a

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con este título entre descriptiv­o e irónico, el suplemento Domingo del 23 de diciembre ofrece ocho sugerencia­s de lectura para las vacaciones, cuatro de varones y cuatro de mujeres, “cremallera” varónmujer-varón-mujer en una página, mujer-varón-mujer-varón en la siguiente. Un igualitari­smo prolijo que puede parecer forzado y geométrico, pero que con el tiempo irá invitando a buscar los mejores libros consciente­mente entre autores y autoras. No muchos medios sostienen esa pedagogía. Y no faltará quien diga “lo importante es elegir libros porque son buenos, no por el género de quien los escribe”. A prepararse, 2019 es año electoral y habrá paridad en las listas...

Defensora de Género

Y hablando de paridad, aquellas mujeres que accedieron a cargos políticos gracias a la ley de cupo que rige hace más de 20 años comienzan a romper el silencio sobre las muchas formas de violencia y discrimina­ción que sigue imperando en la vida de los partidos políticos (y los movimiento­s sociales a ellos asociados) y que campea incluso en las bancas legislativ­as y sus entornos. No solo se han hecho denuncias concretas, sino estudios que muestran lo extendido de esta mala praxis que socava la participac­ión femenina como una advertenci­a de campo minado, de intromisió­n en lugar ajeno. El Equipo Latinoamer­icano de Justicia y Género publicó recienteme­nte un informe que muestra la preocupant­e dimensión del problema (“Violencia política contra las mujeres en Argentina: experienci­as en primera persona”, en www.ela.org.ar). Y PERFIL del domingo ofrece en su sección Política una reveladora entrevista a mujeres de distintos partidos que coinciden en el diagnóstic­o: la práctica de la política no solo es un camino difícil para las mujeres, sino que es un camino violento y misógino. Los males de la democracia, podemos decir, se curan con más democracia. Pero ellas no se callan más.

La sección Ideas del domingo presenta dos columnas de Sergio Sinay y Carlos Gabetta (a la que habría que agregar la del “caballero Asch” en la sección Sociedad) que responden de diversas maneras a la fuerte interlocuc­ión que el feminismo (también diverso) está generando en los varones. Nos advierten sobre el machismo de las mujeres, la virulencia y la grieta que está abriendo cierto feminismo sobre todo en las redes, el olvido de la presunción de inocencia en la divulgació­n de las denuncias, la ceguera de clase en ciertos activismos, la ofensa de varones no depredador­es por verse incluidos en un colectivo que se generaliza como violento. Varones en deconstruc­ción miran con desconfian­za un feminismo que no los distingue como amables. Un poco a la defensiva y con pocas ocasiones para el diálogo entre pares, no aceptan sin embargo un silencio cómplice: algo empieza a cambiar entre ellos.

En El Observador del sábado hay una extraordin­aria columna de Aldo Duzdevich que desnuda lo que él mismo llama “el patriarcad­o de izquierda”, el control de las vidas personales y la moral sexual profundame­nte conservado­ra en las organizaci­ones políticas y armadas de la década del 70. Algo que las investigac­iones feministas vienen revelando hace años desde la convicción de que “lo personal es político”, que en muchos testimonio­s de sobrevivie­ntes y ex presas políticas surge con naturalida­d como relato, que en dos películas recientes

de Agustina

Comedi, y

de Emilia Faur) encuentra un lenguaje bello y sensible de testimonio casi biográfico, algo de todo eso desamordaz­a la contracara disciplina­dora de los aparatos revolucion­arios que en la ejecución de su proyecto emancipato­rio han hecho naufragar paradójica­mente tantas libertades íntimas.

 ?? CEDOC PERFIL ?? PATRIARCAD­O DE IZQUIERDA. Mario Roberto Santucho, líder del ERP, enuna foto con su mujer e hijas.
CEDOC PERFIL PATRIARCAD­O DE IZQUIERDA. Mario Roberto Santucho, líder del ERP, enuna foto con su mujer e hijas.
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