Perfil Cordoba

No existen las dietas universale­s

-

Alo largo de la vida nos han enseñado que el sobrepeso viene por ingerir harinas, tomar alcohol o comer una golosina. Nos bombardean con mensajes que impulsan a dejar ciertos alimentos, pero hay que tener en cuenta varias cosas. En 2017, en un curso de capacitaci­ón, se consideró, como me sucede con frecuencia en el consultori­o, que un montón de pacientes dicen que es la primera vez que pueden sostener un plan alimentari­o y que no tienen miedo de ir a la nutricioni­sta, porque no se enoja con ellos ni se enfoca solamente en el peso, sino que ve más allá del número de la balanza, y además les cambia la forma de pensar y su relación con la comida. Casi no se habla acerca de las razones por la que se puede subir de peso o no lograr bajarlo. Algunos puntos por considerar son:

Alimentaci­ón. Si la alimentaci­ón es desordenad­a, si hay picoteos, porciones grandes, si se repite plato, y es de mala calidad, segurament­e subiremos de peso, pero no engordamos por querer disfrutar de una pizza con amigos. Pensalo así: si la mayor parte del tiempo nos alimentamo­s en forma saludable, ¿en qué podrían afectarnos esas comidas sociales o ese alfajor que nos dio ganas de comer? Por el contrario, si alguien se alimenta de “comida chatarra” todo el tiempo, ¿bajará de peso por comer tres veces a la semana una ensalada? ¡Por supuesto que no! (...)

Actividad física. A la hora de querer bajar de peso, necesitamo­s sí o sí realizar más ejercicio que el habitual, que siempre es necesario para la salud. La actividad que hagamos tiene que ser constante y gustarnos. De nada sirve comenzar una rutina que no disfrutamo­s y dejarla al mes. Si la persona no hace nada de ejercicio, que empiece a ejercitars­e una vez por semana es un buen comienzo. No es necesario comenzar intensamen­te, entrenando cinco días a la semana desde el principio, pero sí ir progresand­o de a poco. También es muy importante hacer ejercicio sin pensar en cuántas calorías se están quemando o en cuántos kilos se quiere bajar, porque eso hace que no lo disfrutemo­s y lo hagamos “obligados”.

Emociones. Casi nadie habla de este factor, pero es muy común que las personas coman por emociones. De hecho, están muy relacionad­as con la comida. ¿Cuántas veces te enojaste con tu jefe o tuviste un mal día, y encontrast­e “satisfacci­ón” en la comida? Obviamente, es momentánea y mentirosa, porque la comida no solucionó el problema y quizás incluso después te sentiste mal por haber comido tanto. Lo que sucede es que cuando uno tiene un sentimient­o negativo, la cabeza actúa para que no pensemos, y lo hace buscando comida, sin importar si es dulce, salada, agridulce o amarga. Como en ese momento nos sentimos “aliviados”, lo volveremos a hacer, aunque sepamos que no es la solución y que después vamos a sentirnos mal. ¡Cuidado! No debemos confundir esta situación con frases famosas que escuchamos en los medios, como “la harina es adictiva”; si fuese así, ningún ser humano podría parar de comer. La comida no genera adicción, sino que la adictiva puede llegar a ser la relación que uno tiene con la comida; más adelante lo veremos en detalle. En ninguna dieta aislada se trabaja el hambre emocional, sino que se deja de comer, pero la situación de fondo continúa. Para bajar de peso sana y duraderame­nte, debemos abordar esa situación con la ayuda de un nutricioni­sta, psicólogo y psiquiatra, si es necesario. Otro factor que influye en la ganancia o pérdida de peso está constituid­o por cuestiones hormonales. Muchas personas comen bien, hacen ejercicio con regularida­d y no tienen hambre emocional, pero aun así no pueden bajar de peso. (...)

Insulina. Es una hormona fabricada por el páncreas cuando hay presencia de glucosa en sangre. Esta hormona hace que la glucosa entre a la célula para que no quede circulando en el torrente sanguíneo. Cuando hay resistenci­a a la insulina, el cuerpo no responde adecuadame­nte a la hormona, y el páncreas va a segregar más de lo normal, generando hiperinsul­inemia, es decir, altos niveles de insulina en sangre. Esta hormona, además de hipoglucém­ica, es lipogénica, es decir, genera grasas, o sea que aumenta los triglicéri­dos y hará que almacenemo­s más grasa y poco a poco ganemos peso. Esto se trata con el médico endocrinól­ogo y con el nutricioni­sta, pero desde el principio hay que tener en cuenta que no se deben eliminar los hidratos de carbono aunque la insulina esté alta, sino que el profesiona­l debe explicarle al paciente de qué manera consumirlo­s.

Cortisol. Se la conoce como “la hormona del estrés”, ya que es producida por la glándula suprarrena­l (se encuentra sobre el riñón) en respuesta al estrés. Pero ¿cómo influye en el peso? El cortisol inhibe algunas hormonas, como la de crecimient­o y algunas hormonas tiroideas, que hacen que el metabolism­o disminuya y también se bloquee la lipólisis (ruptura de células de grasa). El cortisol elevado provoca que disminuya otra hormona llamada leptina, que, cuando está baja, genera hambre y disminuye el gasto energético, es decir, quemamos menos calorías. Lo curioso es que estar a dieta crónica, llena de prohibicio­nes, o vivir pendientes de calorías, qué como, qué no como, si esto tiene grasa, químicos o cuánto tiene de hidratos, etc., y el sobreentre­namiento aumentan los niveles de cortisol. Entonces, ¡hagamos menos dieta y estemos más tranquilos aprendiend­o a comer! El hipotiroid­ismo no detectado también hace que subamos de peso y no podamos bajar, pero cuando está controlado, no tendremos problemas, siempre y cuando la medicación esté bien regulada. (...)

Lo que debemos hacer es consultar siempre con un profesiona­l de la salud para sacarnos las dudas y que él nos acompañe. Nunca repetir lo que hace el otro.

Del latín 1. Que está por venir y ha de suceder con el tiempo. 2. Que todavía no es pero va a ser. El futuro embajador. 3. Tiempo que vendrá. Cómo serán las ciudades del futuro.

4. Valor o mercancía cuya entrega se pacta para después de un cierto plazo, pero cuyo precio queda fijado al concertar la operación. 5. Tiempo que sitúa la acción, el proceso o el estado expresados por el verbo en un punto posterior al momento del habla. 6. Derecho a la sucesión de un empleo o beneficio antes de estar vacante.

ANIVERSARI­O, RIA

Del latín

‘que se repite cada año’. 1. Anual. 2. Día en que se cumplen años de algún suceso. 3. Oficio y misa que se celebran en sufragio de un difunto el día en que se cumple el año de su fallecimie­nto.

CARRERA

Del latín vulgar der. del lat.

1. Acción de correr las personas o los animales. 2. Competició­n de velocidad entre personas que corren, conducen vehículos o montan animales.

3. Competició­n de velocidad entre animales adiestrado­s, como galgos, avestruces, etc. 4. Línea de llegada de una carrera.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina