Vecinos abrirán sus casas para que se conviertan en salas teatrales del FIBA
En dos livings, un taller mecánico y un estudio fotográfico habrá obras creadas, entre otros, por Norma Aleandro. Algunos de ellos también se animan a actuar.
Dos livings de departamentos contiguos en un edificio de Sánchez de Bustamante al 200; un taller mecánico en la misma cuadra, otro living en el que se podrá espiar desde una ventana y un estudio fotográfico –además de la misma calle, claro; y unos 30 bares de la zona– se convertirán, por primera vez, en escenarios de parte de las obras que forman la programación del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), que en esta edición de 2019 se mudó al verano porteño.
Los vecinos de esa cuadra del Abasto que prestaron sus espacios a la experiencia – que tendrá lugar el jueves y viernes próximos– están ansiosos y felices. “Me gusta el teatro y conocía la propuesta de Teatro Bombón que armó Monina (N. de R.: Bonelli, cocreadora de ese formato con Cristian Scotton), que además es mi vecina de puerta”, dice Mari Moyano (65), quien además de prestar su living para una puesta dirigida por Nelson Valente será bailarina en la performance dirigida por Josefina Gorostiza que se hará en el estudio fotográfico de Marcelo Zappoli, a metros de allí.
Moyano cuenta que con su vecina directora hablaban hace años de hacer una obra en sus casas, y enseguida se disculpa: tiene que salir a ensayar y debe dejar el espacio para que Valente y su elenco hagan lo mismo con su puesta.
Al lado del edificio de las vecinas está Pini, que tiene allí su taller mecánico; pero también tiene su corazón de artista: todos los viernes organiza un karaoke vecinal, al que van, religiosamente, varios porteros de edificios vecinos, el herrero de la cuadra, el encargado de mantenimiento de la escuela, el hijo de la portera de la escuela y un maestro de música de 90 años. Ellos lo llaman “el mecánico del amor”, y el artista y fotógrafo Marcos López organizó allí una performance bautizada –así de simple–
Las experiencias integran la porción del festival denominada Maratón Abasto, y el formato ideado por Bonelli es, precisamente, el que aplicarán para estas microintervenciones en espacios particulares de trabajo y vivienda de los vecinos de la zona. Para la directora, “este es un sueño hecho realidad. Me gusta mucho mi barrio, en el que vivo hace doce años, y con Mari so-
“Hace años que soñábamos en hacer una obra en nuestros departamentos”,
dice Bonelli