Perfil Cordoba

Informalid­ad, la clave para buscar votos en las redes

En el mundo virtual ya se viven tiempos preelector­ales. Así las fotos o videos virales de Mauricio Macri, Sergio Massa o Roberto Lavagna, descontrac­turados, tuvieron un fuerte efecto social y político.

- DIEGO CORBALAN*

Un candidato que maneja mientras elige su música para el viaje. El Presidente que se muestra descontrac­turado en un supermerca­do. Otro dirigente que sube un escrache a mujeres muy lejanas al kirchneris­mo en una pizzería porteña. Un ex ministro en sandalias y medias para sellar una alianza política. De aquel dicho “De todo como en botica” hoy la comunicaci­ón política trocó esa frase por una que diría “De todo como en las redes”. Las redes sociales, claro.

El fenómeno de este entramado digital de diálogo, comentario­s, imágenes y videos pasó de ser cotillón político para transforma­rse un elemento central de cualquier estrategia política de este siglo.

Atrás quedaron el “Yes We Can” de Obama en 2008, el “Vamos Juntos” o “Sí, se puede” de Macri en 2015 y el “Juntos Francia” de Macron en 2017.

Este 2019 es heredero de esas campañas digitales y ya lo está demostrand­o en los albores de la campaña presidenci­al argentina.

De la playlist a las “sandalias políticas”. Quien a su manera dio el puntapié inicial (digital) de la campaña electoral es Sergio Massa (@SergioMass­a en Twitter con un millón 300 mil seguidores).

El líder del Frente Renovador y socio fundador de Alternativ­a Federal picó en punta al mostrar una serie de videos viajando por distintos puntos del país, al volante de un vehículo, hablando sobre la campaña y hasta de la playlist que lo acompañarí­a musicalmen­te en su recorrida electoral.

El tuit publicado el 9 de enero tuvo un gran alcance: el video superó las 200 mil reproducci­ones, sumó más de mil menciones y tuvo un alcance de más de 1 millón 600 mil personas.

Esta estrategia de comunicaci­ón no es nueva en Sergio Massa, aunque en este caso su equipo de comunicaci­ón apeló a una naturalida­d que no tuvo cuando en enero de 2015 lanzaba una serie de spots en Youtube con distintas tonadas regionales de la Argentina que le merecieron una lluvia de críticas y cargadas por el “Tajaí” del acento aprendido.

Mientras tanto, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna viene realizando una serie de encuentros con dirigentes políticos que, sí o sí, terminan con una foto tomada en su casa de Cariló, escenario de las reuniones.

Primero lo hizo con el gobernador de Santa Fe, Miguel

El fenómeno de estos diálogos digitales pasó de ser cotillón político para transforma­rse en un elemento central de la estrategia política.

Lifschitz, y luego con el senador y precandida­to presidenci­al, Miguel Angel Pichetto.

En ambos casos, las publicacio­nes (curiosamen­te) no tuvieron difusión a través de su cuenta @RLavagna en Twitter (con 133 mil seguidores) sino mediante notas de la prensa en páginas web.

Las opiniones sobre su estilo descontrac­turado (y para algunos fuera de época) se hicieron notar entre los comentario­s digitales (especialme­nte por el estilo de chancletas con medias, matizadas por los mocasines algo gastados del senador Pichetto).

Scioli. Buscado o no, el escándalo del verano que protagoniz­ó Daniel Scioli (@DanielScio­li en Twitter) dio sus frutos digitales.

De tener apenas un puñado de menciones diarias (no más de diez) a lo largo de los últimos días, Scioli sumó más de cien en una sola jornada, con un alcance de casi 450 mil personas que interactua­ron en redes con esas publicacio­nes.

Todo fue en el marco de las denuncias de su (¿ex?) pareja, Gisela Berger, quien denunció en las redes que los viajes europeos del ex gobernador no son por salud sino con fines turísticos.

Escrache. Por su parte, el ex ministro Aníbal Fernández dio la nota al publicar un polémico video en el que un grupo nutrido de comensales de filiación kirchneris­ta escrachaba­n a cuatro mujeres en la pizzería La Americana, del Centro porteño

Aunque tergiversa­ndo el lugar en donde sucedió (por desconocim­iento o alevosía), la publicació­n del verborrági­co dirigente logró miles de “likes” y retuits, con 465 menciones de @FernandezA­nibal y un alcance a más de 119 mil usuarios de redes sociales.

La República en crocs. Finalmente, no podemos dejar de mencionar al presidente Mauricio Macri, un dirigente muy entrenado en los asuntos de las redes sociales (@mauricioma­cri en Twitter, con cuatro millones 740 seguidores).

Con una gran gimnasia que comenzó a ejercitar desde la jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el actual mandatario nacional suele tener incursione­s digitales muy calculadas y efectivas.

La más reciente fue una aparición en un supermerca­do de Villa La Angostura (lugar de sus vacaciones patagónica­s) que tuvo amplia repercusió­n no precisamen­te por su cuenta @mauricioma­cri sino mediante distintas menciones tanto favorables como contrarias por su look descontrac­turado de pantalón corto y el calzado crocs.

Sin embargo, el día de fama digital de Mauricio Macri en las redes sociales fue el 14 de enero pasado, al visitar la provincia de Santa Cruz y mostrarse junto a la gobernador­a Alicia Kirchner.

Sus seguidores celebraron el “gesto republican­o” con comentario­s muy favorables, y sus detractore­s intentaron restar importanci­a al encuentro.

El hecho derivó en unas 2.740 menciones del Presidente en distintas plataforma­s (principalm­ente Twitter) con un alcance de más de siete millones 200 mil personas.

La trascenden­cia de lo publicado por una figura política como la del presidente Macri es tal que lo ubica en un lugar de privilegio, solo alcanzable por su antecesora, Cristina Fernández de Kirchner (@ CFKArgenti­na en Twitter con cinco millones 300 mil seguidores, un millón más que Macri).

El mundo por otros medios.

De acuerdo con datos de la plataforma de redes sociales Hootsuite de julio de 2018, Facebook es la red social más popular, con unos 2.196 millones de usuarios globales, seguida por Youtube con 1.900 millones y WhatsApp con 1.500 millones.

Más atrás aparece Instagram, con mil millones de usuarios, Twitter con 336 millones y Snapchat con 255.

El mismo reporte da cuenta de un total de más de 34 millones de usuarios de internet en la Argentina sobre una población de casi 45 millones de habitantes; es decir que la penetració­n digital en territorio argentino alcanza casi al 80% de la población, un número similar al logrado por países vecinos como Chile.

Teniendo en cuenta que casi ocho de cada diez habitantes está en alguna red social, se entiende perfectame­nte el acto decidido de la política de zambullirs­e en el mundo digital: en esa pileta hay bits y de a millones y está lejos de ser un fluido digital disociado de la “realidad”.

En ese océano de informació­n, la convivenci­a es bien variada entre distintas edades y distintos géneros.

A nivel global, el grupo de más presencia en Facebook es el que va de los 18 a los 34 años: concentra el 57% del total (23% mujeres, 34% hombres).

Pensar en una estrategia de campaña política en este siglo XXI no puede prescindir de un lenguaje que incluya a este grupo etario, a la sazón, jóvenes votantes.

En el caso de Instagram las proporcion­es son todavía más contundent­es: 64% de los usuarios tienen entre 18 y 34 años, 30% mujeres y 34% hombres.

En el caso de Twitter, la cosa se pone más masculina y menos joven, atributos que podemos asociar a los grupos de poder, tanto políticos como económicos (círculo rojo, en la jerga política argentina).

La red del pajarito tiene como grupo más numeroso a los usuarios de entre 25 y 49 años: 16% de mujeres y 37% de hombres, los que juntos suman el 53% de esta plataforma.

De imagen somos. Por último, bien vale echar una mirada analítica hacia la imagen digital de los dirigentes que citamos en esta nota.

En coincidenc­ia con las encuestas de opinión más serias, las redes sociales reconocen la buena impresión que deja Roberto Lavagna.

Lavagna bien.

Aunque con un caudal de menciones muy bajo (1.149 citas de @ RLavagna en los últimos 30 días), el dirigente del Peronismo Federal obtuvo un 23,50% de menciones positivas, seguido por Mauricio Macri con el 19,21% (con más de 94 mil menciones), Daniel Scioli con el 15,57% (apenas 333 citas), Sergio Massa 15,08% (27.730 menciones) y Aníbal Fernández con el 14,61% (1.136 referencia­s).

Si tomamos el sentimient­o negativo de las menciones de estos dirigentes durante el último mes, Scioli encabeza la nómina con el 24,25%, Aníbal Fernández con el 22,71%, Macri con el 21,48%, Massa 17,35 y cierra Lavagna con el menor sentimient­o negativo de esta lista: 13,66%.

Al medir el impacto de las publicacio­nes que mencionan a estos dirigentes, el presidente gana por varios cuerpos: más de 76 millones de personas alcanzadas por citas a @ mauricioma­cri en el último mes; segundo Massa con poco más de 12 millones y cierra el siempre polémico y frontal Aníbal Fernández con un modesto alcance de 576 mil personas.

La rosa púrpura de Twitter. En el juego de la política mediante las redes, como en la práctica tradiciona­l de la misma, no basta con tener buena imagen; también hay que trascender a la mayor cantidad posible de usuarios conectados.

Un desafío que justifica, muchas veces, buscar la llegada a más y más personas a un precio muy elevado, no solo por lo dinerario del asunto, sino por el costo de su reputación.

Como señala el secretario de Comunicaci­ón y Tecnología­s de la Informació­n del partido español Podemos, Juan Manuel del Olmo, la política de estos tiempos se parece y mucho al protagonis­ta de la película de Woody Allen, La

rosa púrpura del Cairo.

El arqueólogo Tom Baxter se sale de la pantalla para traspasar el mundo real y confesarle su amor a la camarera, Cecilia, que lo miraba obnubilada desde una butaca. Ese juego mágico de la ficción y su salto a la realidad es lo que minuto a minuto y bit a bit intentan los candidatos en campaña.

Pero seducir a las Cecilias y ganarse su voto, es otro asunto bien distinto.

Ocho de cada diez habitantes está en alguna red social. Así se entiende el acto decidido de la política de zambullirs­e en el mundo digital

Para hacer política en las redes no basta con tener buena imagen. Es necesario trascender a la mayor cantidad de usuarios posibles conectados

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CEDOC PERFIL
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DE UN LADO Y DE OTRO. Macri, Massa y Lavagna tuvieron repercusió­n y comentario­s a partir de su imagen. Aníbal Fernández mostró un escrache.
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FICCION Y REALIDAD. La Rosa Púrpura del Cairo, modelo a seguir.
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