Bolsonaro, una suerte para Macri
XXI pero otras son las formas de dominación. Bolsonaro hizo esta semana su primer viaje al exterior, a Davos, donde fue la estrella, como hace tres años lo fue Macri recién asumido, en enero de 2016. En su discurso y las respuestas a los periodistas en la conferencia de prensa mencionó a Macri y al Mercosur (ver: http://bit.ly/discursobolsonaro-davos-2019).
En sus primeras tres semanas Bolsonaro solo trajo buenas noticias para Macri porque las mejores previsiones sobre la economía de Brasil derraman sobre su principal socio y vecino haciendo que el riesgo país de la Argentina bajara y el dólar se mantuviera en su piso. El Fondo Monetario Internacional acaba de aumentar las previsiones de crecimiento para la economía de Brasil.
La caída de la autoestima de Brasil fue enorme, en 2011, en el furor del BRIC, las potencias emergentes: Brasil, Rusia, India y China. Los brasileños esperaban pasar a Inglaterra y ser la quinta mayor economía del mundo y después, al ser “solo” la octava, detrás de Italia, se sintieron fracasados.
Ahora aquí en San Pablo escucho hablar de optimismo después de cuatro años donde solo se contaban números negativos. El humor económico cambió. Vale la pena ver la exposición del superministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, sobre lo que se hará en Brasil en http://bit. ly/discurso-paulo-guedes (tan distinto al comienzo de Macri y tan parecido al de Cavallo con Menem) e ilusionarse pensando que cada punto de crecimiento de Brasil arrastra 0,25 de crecimiento adicional en Argentina. Recuerdo a Macri a mediados de los 90, cuando era empresario, quejarse en privado de que el Mercosur convertía a la Argentina en una provincia de Brasil. Ahora Macri debe rezar para que Bolsonaro y Brasil sean su salvación.