Hay muy pocas esperanzas de hallar sobrevivientes en la tragedia minera
Los socorristas pudieron rescatar 46 cadáveres, pero la empresa propietaria de la mina, la Vale, advirtió que hay más de 400 empleados con los que aún no tuvo ningún contacto.
Los bomberos brasileños trabajaron ayer en un clima de pesimismo en la búsqueda de sobrevivientes del colapso de un dique de la minera Vale en el estado de Minas Gerais, que hasta el momento dejó 34 muertos, 23 heridos y 299 desaparecidos, mientras las autoridades observaban con preocupación la situación en un dique cercano.
El presidente Jair Bolsonaro, acompañado por ministros, sobrevoló por la mañana la zona del desastre en helicópteros de la Fuerza Aérea y adelantó que su gobierno “pedirá Justicia por la tragedia”.
Las tareas de rescate se desarrollaron con muchas dificultades ante la falta de electricidad, señal telefónica e internet en varias zonas.
A las cinco de la tarde locales, los socorristas de bomberos y Defensa Civil suspendieron la operación de rescate, que retomaban hoy a las cinco de la mañana, con refuerzos llegados de Río de Janeiro.
De un total de 345 desaparecidos, 46 fueron rescatados y otros 299 aún no fueron localizados. Sin embargo, se teme que la cifra sea mucho mayor ya que ayer la Vale divulgó una lista con los nombres de más de 400 empleados con los que aún no tuvo contacto.
Un vocero de los bomberos informó a inicios de la tarde que todos los ocupantes de un autobús donde había expectativas de hallar personas con vida estaban muertos, sin precisar el número. “Solo se confirmaron óbitos”, dijo el teniente Pedro Aihara. Por ser una zona de difícil acceso, complementó.
Ese era uno de los cuatro puntos identificados previamente por el coronel Edgard Estevo, comandante de los bomberos de Minas Gerais. Las búsquedas se desarrollaron en una comunidad, un edificio y una locomotora.
A las cinco de la tarde locales, los socorristas de bomberos y Defensa Civil suspendieron la operación de rescate, que retomaban hoy a las cinco de la mañana, con refuerzos llegados de Río de Janeiro.
La catástrofe ocurrió cerca de la una de la tarde del viernes en el municipio de Brumadinho, a 60 kilómetros de Belo Horizonte, la capital del estado, cuando colapsó el dique. Una avalancha de barro y desechos minerales arrasó buena parte de las instalaciones de la mina Córrego do Feijao, perteneciente a Vale, una empresa gigante del sector minero, entre ellas el restaurante donde almorzaban decenas de empleados, que quedó sepultado.
El gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, dijo el viernes por la noche que las chances de rescatar sobrevivientes eran “mínimas”, aunque el jefe de bomberos no descartó la posibilidad de hallar sobrevivientes.
“Si hay posibles víctimas vivas la respuesta es sí. Hay cuatro puntos en el área (de la tragedia) donde hay la esperanza que haya víctimas vivas, el cuerpo de bomberos va a recorrer esa área con 39 hombres”, afirmó el coronel Estevo, que agregó que unos 140 efectivos trabajarán buscando sobrevivientes y recuperando los cuerpos sin vida, con lo que las labores “se prolongarán durante semanas para que podamos dar noticias a todas las familias de los desaparecidos”.
Por su parte, la Vale informó que al menos 150 empleados de esa firma, una de las más importantes multinacionales de Brasil están entre los desaparecidos.
El ministro de Desarrollo Regional, Gustavo Canuto, dijo ayer que las autoridades observaban con preocupación la posibilidad de nuevas lluvias, que agravarían la situación, y las condiciones del dique 6 del complejo afectado, formado por un millón de metros cúbicos de agua, y que queda al lado del 1, el que se rompió el viernes.
Si el dique uno se rompiera, el desastre sería aún más grave, advirtió.
La Vale informó que sus técnicos realizaban ayer el drenaje del dique 6 con uso de bombas, para reducir la cantidad de agua. Defensa Civil y Bomberos monitoreaban la estructura cada hora.
Poco después de las diez de la mañana de ayer, el presidente Bolsonaro observó desde el aire la situación en Brumadinho, de unos 39 mil habitantes. El mandatario, quien asumió el 1º de enero, tuiteó que su gobierno “hará todo lo que esté a su alcance” para “atender a las víctimas, minimizar daños, investigar los hechos y prevenir nuevas