Javier Marieschi: la estafa a los amigos
El fiscal Enrique Gavier asestó un golpe a la operatoria que venía desarrollando Marcelo Javier Marieschi, administrador de las sociedades civiles creadas para construir edificios de departamentos y casas en housing.
En este expediente hace nueve días fueron detenidos Marieschi, su esposa, la arquitecta Constanza Pelaez quien desarrolló varios de los proyectos; la hermana de Marieschi, Marianella; el escribano Adrián Benelbas; su hermano Jorge Benelbas; los corredores inmobiliarios Fernando Civalero, su esposa María Reina Correa, Diego Díaz; y el ingeniero, Claudio Telésforo Ubios.
Para vender los departamentos y las casas utilizaron dos modalidades: boletos de compraventa y adhesiones a las sociedades civiles. En ambos casos, se realizaban entregas y luego se iban pagando cuotas con la promesa de recibir los inmuebles. Este medio dialogó con dos damnificados que analizan todavía qué camino tomar para reclamar lo que perdieron.
El primer caso es el de un matrimonio que adquirió una casa en Curaquén 2, un housing de dúplex en dos plantas. La primera de dos etapas se construyó en un 80% sobre un terreno adquirido por Marieschi. La segunda está sobre tierras que son propiedad de un vecino y sobre las cuales se cimentaron otras unidades, pero que llegaron a una ejecución del 10 o 20%. Pagaron la totalidad del precio acordado, $1,3 millón.
Luego, apareció otra sociedad que habría tomado las riendas del emprendimiento, pero les pidió $2,3 millones adicionales para entregarles la unidad construida. Los damnificados elaboraron una planilla y confirmaron que había unidades vendidas a más de una persona.
El segundo caso es el de otra pareja que firmó la adhesión a la sociedad civil por una casa en ‘Curaquén 4’. Con el argumento de que el fideicomiso ‘es caro’ les ofrecieron adherir a la sociedad civil. Ahora evalúan cómo reclamar; mientras las defensas de los imputados advierten que los socios son coresponsables de las defraudaciones.
Hay otros casos de familias que entregaron inmuebles donde vivían, como parte de pago. Marieschi les habría exigido un poder y luego, para que pudieran permanecer en esas vivienle das, les cobró un alquiler. Es decir se quedaron sin el inmueble que tenían y tampoco pudieron acceder a la unidad que en teoría habían adquirido y que no se llegó a construir.