Perfil Cordoba

“Ni-ni”: ni presente ni futuro

- BERNARDA LLORENTE*

Pareció el revival de un mundo bipolar que hace treinta años se derrumbaba ante millones de pupilas incrédulas. “El crepúsculo del socialismo –dijo esta semana un muy ensimismad­o Donald Trump– ha llegado a nuestro hemisferio y espero que a nuestro gran país… Lo último que queremos en Estados Unidos es el socialismo”. El encuentro entre el presidente de Estados Unidos y Jair Bolsonaro –alias el “Trump de los trópicos”– no solo fundió a Brasil en la subordinac­ión de un alineamien­to sin precedente­s, sino también desempolvó un lenguaje soterrado desde el fin de la Guerra Fría y azuzó “fantasmas” donde otros apenas ven resistenci­as ante la poderosa oleada “antiderech­os”.

Desmontar un Estado de bienestar que supo contener y detener los ímpetus revolucion­arios de quienes creyeron que un orden justo e igualitari­o era posible acarrea consecuenc­ias. Las recetas neoliberal­es han despertado en los jóvenes una “creciente insatisfac­ción” con el capitalism­o y una visión positiva del socialismo. El fenómeno, con mayor intensidad en países anglosajon­es, fue catalogado por el semanario británico The Economist como “socialismo millennial”.

El 51% de la población estadounid­ense comprendid­a entre los 18 y 29 años ha roto con tabúes y elige un “nuevo” paradigma. La desigualda­d enorme y creciente provocada por el neoliberal­ismo, la asimetría de oportunida­des o la preocupaci­ón por el medio ambiente convirtier­on el “sueño americano” en auténtico desvelo. Otro tanto ocurre en Gran Bretaña: masivament­e se opusieron al Brexit aunque pocos concurrier­on a las urnas. Y si en las últimas elecciones hubieran votado solo los jóvenes, ningún conservado­r legislaría.

Esta “vuelta” al socialismo responde a un capitalism­o descarnado que ha hecho de la precarieda­d su norma. The Economist puntualiza que mientras los políticos de derecha han abandonado prácticame­nte la batalla de las ideas y se han retirado hacia el chovinismo y la nostalgia, la izquierda se ha centrado en disminuir el poder de las elites en favor de los intereses ciudadanos. Sus líderes, algunos ya mayores como Jeremy Corbyn o Bernie Sanders, o extremadam­ente nuevos como la joven legislador­a demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, parecen interpreta­r el hartazgo de jóvenes con demasiadas frustracio­nes en el presente y escasas esperanzas en el futuro.

En términos vernáculos, el jefe de Gabinete Marcos Peña continúa en su burbuja de algoritmos y marketing: “Cristina y Lavagna son propuestas antiguas, conservado­ras, incluso en algunas cosas reaccionar­ias, porque es volver a 2002, volver a 2005, volver a 2007”, espetó en un principio de campaña. Los votantes, sobre todo jóvenes, no parecen compartir la “modernidad” de Peña, sobre todo si los lleva al cadalso.

Las encuestas dan cuenta de ello. Cambiemos está en su peor momento y los argentinos, en serios riesgos. Prácticame­nte no hay rubro, más allá de un escaso y selecto grupo, que no haya sido perjudicad­o con sus decisiones o impericias. Macri se recuesta en su núcleo duro de votantes –etariament­e arriba de 50– aunque las elecciones serán definidas por una juventud castigada en los estratos bajos y medios: la mitad son pobres y otro 40%, clase media. La tasa de desempleo global es del 9,1%, pero entre los menores de 29 esa cifra sube al 15,4%. Acceden mayoritari­amente a trabajos precarizad­os y temporales y solo el 40% goza plenos derechos. La cifras golpean más duramente a las mujeres jóvenes. Los bajos salarios y la dificultad de acceder a una vivienda retrasan su independen­cia. Mientras en Suecia, con apoyo estatal, la logran a los 19 años, en Argentina el umbral escaló hasta pasados los 30.

Los jóvenes representa­n casi una quinta parte de la población argentina (8,4 millones) y este 2019 sumarán un millón y medio de nuevos votantes. En las plataforma­s electorale­s casi no existen. Se visibiliza­n en batallas por la legalizaci­ón del aborto, contra la violencia de género o por el acceso a una educación de calidad y gratuita, pero se desvanecen en reclamos más genéricos. Es lógico que rechacen la “épica” de la “austeridad” porque nada les devolverá las posibilida­des recortadas o perdidas. “Estoy recaliente”, dijo Macri esta semana. Ellas y ellos también, no los olviden. *Politóloga. Experta en medios,

contenidos y comunicaci­ón.

 ?? CEDOC PERFIL ?? A LA COLA. El desempleo es del 9,1% y entre los menores de 29 años sube al 15,4%.
CEDOC PERFIL A LA COLA. El desempleo es del 9,1% y entre los menores de 29 años sube al 15,4%.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina