El candidato “antigrieta”
Julián Gadano, subsecretario de Energía Nuclear de la Nación, habló con PERFIL y remarcó la importancia del nuevo puesto de Grossi. “Se trabajó y ayudó mucho para la candidatura de Rafael y estamos muy contentos de que lo hayan elegido. A nivel personal, sin dudas era el mejor candidato porque tiene todas las condiciones y es un experto”, aseguró el funcionario. Además, destacó que el hecho de que sea argentino fue importante para la elección. “El país tiene un desarrollo nuclear consistente. No es una potencia porque no tiene desarrollo militar, algo que a nosotros nos pone orgullosos, pero es un país reconocido en el mundo. Quizá no es Boca o River pero juega en Primera”, señaló.
Por otro lado, Gadano también destacó que el respaldo a Grossi fue total y de todos los partidos políticos. “El tiene el apoyo de toda la Argentina. Cuando fue electo, recibió el apoyo de nuestro Presidente, quien trabajó mucho para su candidatura, pero también del presidente electo. En este sector siempre se valoró la continuidad porque se han visto los beneficios que eso le trae a la Argentina”, finalizó el subsecretario de Energía Nuclear. —¿Fue una elección difícil? —Ha sido un proceso de unos tres o cuatro meses con las tensiones típicas de un proceso de este estilo. En particular, la diplomacia profesional argentina hizo un trabajo formidable. Todas nuestras embajadas en el mundo promovieron nuestra candidatura, buscaron alianzas y generaron intercambios de apoyo para lograr los votos necesarios. La elección se hace en el seno de la junta de gobernadores, compuesta por 35 países, y hay que lograr dos tercios ya que no basta con la mayoría simple. Había que lograr 24 votos, lo que es muy exigente. Se arrancó con cuatro candidatos y fueron cayendo uno tras otro hasta que quedamos cara a cara con el candidato rumano, que era bastante fuerte. Finalmente me impuse en la última vuelta por 24 a 10 y una abstención. Así que fue una victoria clara y categórica de la diplomacia argentina.
—¿Cómo se “desenchufa” de toda esta presión?
—La verdad, no soy en eso una persona tremendamente original. Me gusta relajarme en familia, con mi mujer e hijos. Soy un ávido lector y hago mucho deporte. Juego al tenis, corro maratones y después tengo algo que me gusta hacer mucho: ser entrenador del equipo de fútbol de mi hijo menor en la liga de Viena. Yo tengo ocho hijos, la más grande tiene 32 y el más chico 10, que es mi único varón, juega al fútbol y soy el entrenador del equipo, que es sub 13. Eso me desconecta totalmente.
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Estar con los chicos, entrenar y hacerlos jugar los fines de semana en el campeonato local. Esas son las pequeñas cosas con las que trato de desenchufarme del mundo de las armas nucleares.
—Hablando de armas nucleares. ¿Hay que tener miedo por un posible conflicto?
—Existen en este momento unas 7 mil ojivas nucleares en el mundo, por lo que es un tema al que hay que prestar enorme atención. Por supuesto, no considero que haya un riesgo inminente de conflicto nuclear pero está claro que es un tema que merece atención y estaremos allí para aportar un grano de arena con el objetivo de que no haya más proliferación. Porque si en vez de haber siete países con armas nucleares hubiese 37, el mundo sí sería mucho más inestable ya que cualquier pequeño conflicto podría derivar en una crisis internacional.