Fontevecchia entrevista a Galperin, de Mercado Libre.
El dueño de la compañía más valiosa de la Argentina explica qué país quiere. Macrista declarado, fue el primero en reunirse con Fernández. Habla de todo y todos.
Declaradamente macrista, fue el primero en reunirse con Alberto Fernández apenas ganó las PASO: de ambas partes, no fue un hecho casual. El fundador de Mercado Libre es uno de los hombres más ricos del país. Sin embargo, no se visualiza a sí mismo como un empresario clásico, sino como un emprendedor que desea democratizar la sociedad.
—¿Cómo es tu relación con la ansiedad?
—Soy una persona tranquila. Hay gente que me conoce y se sorprende de que no estoy todo el tiempo mirando el teléfono o nervioso. Las pocas veces que he tenido sensaciones de ansiedad o de angustia son mucho más relacionadas con temas personales y familiares que con temas laborales. Han sido muy pocas.
—La acción calma la ansiedad. Y vos tomás decisiones continuamente.
—Sí. Soy una persona totalmente orientada a tomar decisiones. Me gusta hacer cosas. —Decisiones rápidas. —Aprendí a tener paciencia. Una de las cosas que he aprendido en estos veinte años en Mercado Libre es que las cosas suceden más lentamente de lo que a mí me gustaría, pero al final suceden. Y cuando suceden terminan teniendo un impacto mucho más grande que el inicialmente proyectado. Aprendí la importancia del tiempo para desarrollar las cosas.
—¿Haber visitado a Alberto Fernández inmediatamente después de su triunfo en las PASO fue algo precipitado?
—La historia de cómo sucedió te la contó Hugo Sigman en una entrevista como ésta. La verdad es que yo llamé a Hugo y me dijo: “Deberías conocer a Alberto y a Wado de Pedro” y dije: “Sí, encantado”. Al día siguiente estaba en la reunión. Nunca me imaginé que iba a suceder tan rápido. No me arrepiento de haber tenido esa reunión. Creo que fue productiva. Como dije en otros lugares, apoyé al espacio de Cambiemos, a Mauricio Macri en las PASO y también en las elecciones de primera vuelta, lo cual era sabido, y así y todo me recibieron, escucharon mi visión de Argentina, de lo que nosotros estamos haciendo, y yo también escuché cómo tenían pensado hacer las cosas en caso de que ganasen, cosa que sucedió. Fue un ejemplo de algo diferente a como suceden las cosas en la Argentina. A los empresademocracia. rios no suele gustarles decir a quién apoyan o no. Suelen no hablarse de un lado y otro. Fue un lindo ejercicio de democracia civilizada. El proceso de transición actual también es bastante inédito. No me arrepiento. Lo que no me imaginaba era que iba a tener la visibilidad y la repercusión que tuvo. No me siento cómodo con el alto perfil.
—¿Fue útil políticamente para Alberto Fernández?
—Me hubiera gustado que no fuera público. Cuando me di cuenta de que no iba a ser así, ya estaba en un barco que no tenía marcha atrás.
—El 18 de diciembre de 2017, cuando se estaba discutiendo en el Congreso la reforma previsional, tuiteaste lo siguiente: “Por primera vez en mi vida democrática el peronismo se encuentra con un partido con igual vocación de poder que ellos. Hoy es un día clave para la democracia argentina”. ¿Te arrepentís de haber apoyado tan ostensiblemente a Mauricio Macri?
—No sé si ese tuit es tan de apoyo a Macri. En ese momento se intentaba que el Congreso no sesionara. Lo que estaba tratando de apoyar era a la democracia. A mí me gusta la La democracia republicana y el sistema capitalista van de la mano, algo así como piezas que engranan. El capitalismo puede ser más o menos socialista, depende de cuántos impuestos quiera cobrar el Estado y cuánto quiera distribuir. Pero ambos, democracia y capitalismo, son sistemas que privilegian la libertad del individuo. En el largo plazo son los que funcionan mejor. Lo que en ese momento sentí es que se debería apoyar el funcionamiento del Congreso.
—Hay otro tuit tuyo que es más enfático, del 8 de agosto previo a las PASO: “Porque quiero q mis hij@s vivan en una república democrática, con una Justicia independiente, con libertad de prensa y de opiniones, con libertades individuales y mirando hacia el futuro. Voto a Macri”.
—Ese sí está más claro.
—No es habitual que los empresarios expliquen sus preferencias políticas de manera tan abierta. ¿Cuánto influye en vos la cultura norteamericana, haber estudiado allí, donde el endorsement es algo habitual?
—Hice toda mi carrera universitaria y de posgrado en Estados Unidos. Es muy posible que tenga una influencia en mi forma de pensar. (N. de R.: a los 18 años hizo el Bachelor of Arts/Science en la Wharton School, de la University of Pennsylvania. Volvió a la Argentina y trabajó cuatro años en YPF, y volvió a Estados Unidos para hacer un posgrado de dos años en la Universidad de Stanford).
—¿Te arrepentís de haber manifestado ese apoyo?
—El juego democrático funciona si todos quieren jugarlo. Si uno quiere jugar al fútbol y el equipo de enfrente juega al rugby, es imposible el partido: unos creen que se puede agarrar la pelota con la mano y los otros no. También los espectadores del partido tienen que saber a qué se juega. Y dentro de los que existen hasta ahora, la democracia republicana es el peor sistema. Pero funciona.
“No tomo riesgos porque sí. Me daría pánico tirarme con un paracaídas, por
ejemplo.” “Los empresarios no
dicen dónde están políticamente, porque si estás de un lado no hablás con los otros.”