¿Pobres, fracasados y adoctrinados?

Después de siete días, el gobierno porteño respaldó a la funcionaria que definió como lo hizo a docentes, escuelas y estudiantes. En este año, donde los docentes han sostenido la continuidad pedagógica.

Resulta inimaginable cómo gobierna un sistema compuesto por docentes y aspirantes a serlo pobres, fracasados, gremialistas que confunden el enseñar con el adoctrinar.

El componente clasista de sus apreciaciones y su desconocimiento sobre el sistema quedaron expuestos. Este 2020, los/as docentes han lidiado con la entrega de alimentos, con los reclamos de las familias por la calidad y la cantidad, con la falta de dispositivos y/o conectividad, con la distribución de los cuadernillos y, entender las decisiones ministeriales comunicadas mediáticamente.

Le sorprende que los/as estudiantes trabajen y estudien (¿en qué país vive?). Lo necesitan, pero al mismo tiempo, el trabajo aporta en la propia formación. Debería advertir que la estabilidad laboral es deseada y deseable en todos los empleos y profesiones. Sobre la elección y el “fracaso” en otras carreras. En la vida real, más allá de las encuestas, son muchos más los que habiendo desarrollado una segunda carrera jamás olvidan su paso por las aulas.

Por último, pretende apropiarse de lugares que le quedan grandes. Primero, se posiciona como aquella que “se anima” y dice” la verdad” sobre el sistema. Debería conversar con docentes y leer diversas publicaciones sobre estas temáticas. Al mismo tiempo, intenta ocupar el lugar del cuidado. Después de lo brutal de sus declaraciones, es difícil. Cuidar no es interponerse entre un/ una adoctrinador/a y un/una niño/a con la ayuda de la familia. El cuidado es uno de los pilares constitutivos de la tarea de enseñar. Justo en este año, donde docentes y familias acompañaron a los/as niño/as para transitarlo de la mejor manera posible. En sentido contrario al de Acuña, el trabajo docente ha sido revalorizado por la sociedad cuando tuvimos que aprender otra forma de cuidar y cuidarnos.