Protestas en toda francia contra el proyecto de ley de seguridad
Miles de personas salieron ayer a las calles de 90 ciudades de Francia para protestar contra la Ley de Seguridad Global y la violencia policial, una convocatoria que se sumó a movilizaciones obreras convocadas contra la precariedad laboral.
La manifestación de París, iniciada en la Puerta de Lilas bajo el lema “Por los derechos sociales y la libertad”, fue masiva y contó con la presencia de muchos activistas del movimiento de los “chalecos amarillos”.
En la marcha de París, se incendiaron varios coches y se rompieron escaparates. Asimismo, se lanzaron proyectiles contra las fuerzas de seguridad, que respondieron disparando gases lacrimógenos. Según el ministerio del Interior, 22 personas fueron detenidas.
“Todo el mundo odia a la policía”, “anti, anti, anticapitalistas”, coreaban algunos participantes. También se incendiaron barricadas.
Las manifestaciones fueron contra la violencia policial, en especial tras dos polémicos casos a finales de noviembre: la brutal paliza propinada a un productor musical negro, por la que tres policías fueron inculpados, y la evacuación de un campo de migrantes en el centro de París.
En el acto de Marsella participó el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon. El dirigente de izquierda exigió al gobierno del presidente Emmanuel Macron “tirar a la basura” la ley de seguridad. “No hay vergüenza en dar marcha atrás”, afirmó.
Uno de los aspectos más criticados por los opositores del proyecto de ley es el que prevé multas de hasta 45 mil euros y un año de cárcel para quien divulgue imágenes de agentes golpeando a manifestantes, que busquen “dañar el bienestar físico o mental de los agentes”.
Los detractores consideran ese elemento del proyecto como un golpe “a la libertad de prensa, a la libertad de expresión y a la libertad de manifestación”, que va a instaurar “herramientas de vigilancia masiva”. El partido del Gobierno, La República En Marcha, se ha comprometido ya a reformular los puntos más polémicos del texto.
La marcha de ayer se produjo al día siguiente de un mensaje público de Macron, con el que buscó calmar la ira suscitada por los casos de violencia policial y por el proyecto de ley de seguridad. Acusado de multiplicar las medidas “liberticidas”, el presidente quiso dirigirse directamente a los jóvenes, en una entrevista con el portal en línea Brut. “No puedo permitir que se diga que estamos reduciendo las libertades en Francia”, afirmó. “Es una gran mentira. No somos Hungría ni Turquía”.
Macron denunció además tanto la violencia de algunos policías como las cometidas contra las fuerzas de seguridad. Explicó que quiere abordar la cuestión de los controles discriminatorios, y prometió el lanzamiento en enero de una plataforma nacional para señalar discriminaciones. Paralelamente se generalizarán las cámaras para los agentes.