“el secreto de las coaliciones es administrar las diferencias”
Elegido cinco veces, conoce la Cámara de Diputados como nadie. Dice que aún no encontró el tono para hablar con Sergio Massa y reconoce llevarse bastante bien con Máximo Kirchner, pese a sus enormes diferencias. Sostiene que la experiencia de Cambiemos “no fue sencilla, porque partimos de orígenes diferentes” y que la coalición deberá repensarse y ampliar su base en el futuro. No cree que sea lo mismo manejar un Estado que una empresa y tampoco que se pueda hacer populismo sin recursos para distribuir. A su juicio, los radicales tienen un rol importante a la hora de generar riqueza con sensibilidad social.
con el virus y con la pandemia viejos problemas. Desafió a la economía, a la ciencia, al mundo. También a la Argentina. En Argentina siempre se habló de federalismo. La verdad es que son muy pocos años los que se vivieron con algún criterio de distribución equitativa y de respeto a la convivencia. Estamos viviendo un federalismo invertido. En el gobierno anterior, por necesidad o por convicción, después del fallo de la Corte de los reclamos, el presidente llamó a los gobernadores, aun los que no habían reclamado para devolver fondo. Acompañamos al gobernador José de la Sota en ese momento por el 15% de la Anses que correspondía, inmediatamente después de que la Corte falló en favor de las provincias. A fin de año votamos nueve emergencias.
Administración Financiera. La Corte Suprema de Justicia, en su histórico fallo, entiende que el federalismo es de acuerdos, de consensos, y que los recursos de todos los argentinos no pueden ser por imposición. Hoy el gobierno central es federal para recaudar y es unitario para distribuir. Además, agrega incertidumbre y tensión política. Va mal, en vez de elegir el camino del diálogo y encontrar el consenso. Lo que sucede en CABA es una señal de alerta. Lo es en términos de la calidad y del desequilibrio. Significa que en un acto de arrojo en un momento por necesidad el gobierno central, con una ley, con un decreto, con lo que sea, te meta la mano y saque tus recursos. El federalismo es una ficción en la Argentina. Reconstruir un país federal significa hacerlo no solamente en materia tributaria, sino también en ejercicio pleno de cooperación y de derechos. Acabamos de concluir este año de gobierno sin haber encontrado un protocolo nacional de circulación en este país. La consecuencia no solo ha sido la anarquía, sino hechos de violencia institucional que superan la treintena. Frente a ellos, el Gobierno hizo oídos sordos. No solo no se respetó el federalismo, sino que se violaron los derechos más elementales de los ciudadanos.
—Juan Schiaretti fue clave para aprobar la nueva coparticipación federal. ¿Podría explicar las diferencias entre el peronismo cordobés y el peronismo, podríamos decir del Conurbano, y si existe también un radicalismo cordobés diferente del resto?
—Más allá de las particularidades por ser una zona productiva, de la idiosincrasia, tanto para los gobiernos del radicalismo desde que vino la democracia, aun en la continuidad del gobierno de De la Sota, siempre los sectores productivos, como para la sociedad de Córdoba, la idea de que no te atropellen, que no dispongan de lo tuyo, tiene un valor muy trascendente. Es esencial que exista un criterio solidario justo y equitativo. Por eso ahí hubo disonancia. Cuando gobernaba De la Sota, fue una de las tres provincias que protestaron. Y fuimos todos juntos a apoyarlo. Estoy sorprendido, pero no porque voten en favor o en contra. La sorpresa es porque encendieron una luz amarilla. Lo hicieron con los porteños, lo que quizá les resulte más fácil políticamente. Pero mañana irán por otros. Debemos ser firmes en el reclamo más allá de las diferencias. Se quebró y se retrocedió en un principio histórico para
Córdoba que se mantuvo por encima de los partidos políticos. Aun en la buena relación del gobernador Schiaretti con el presidente Mauricio Macri, en esa relación que tenían, dado que se conocían desde hace muchos años, cuando vio que le faltaban dos pesos de la caja de jubilación, reclamaba y con razón decía que, si no, haría una demanda judicial. Fue un grave error. No tengo una explicación, pero me parece que tiene que ver con la situación financiera de la provincia. Tiene un autoendeudamiento que supera los 2 mil y pico de millones de dólares. Tiene vencimientos en renegociación y un problema serio que arrastra de la caja de jubilaciones. Hay momentos en que las debilidades se convierten en inevitables. Pero hay provincias como la nuestra que son rectoras. No solo levantan la voz en la alarma, sino que intentan evitar males futuros.
—¿En el momento en que De la Sota reclamó, la solidez financiera de Córdoba era distinta a la de hoy? ¿A eso se debe el cambio?
—Es mi primera interpretación. Son veinte años de gobierno. Hubo cosas buenas, después también existe una fatiga. Tuvo mucha ayuda en el gobierno de Mauricio Macri, en buena hora para los cordobeses. Pero se comprometieron financieramente en tasas en dólares, que hoy constituyen algo más que un apretón, que se complica con la pandemia. En este momento están renegociando títulos. Además, la caja de jubilaciones este año demandaba 16 mil millones, que debían ser entregados por la provincia. El año pasado, antes de terminar el mandato, el presidente Mauricio Macri estaba reclamando 7 mil millones de pesos. Se torna inevitable la pérdida de ese peronismo distinto y federal en Córdoba. Empieza a quedar cercado y bajo la idea que primó en la Argentina de Néstor y de Cristina.
—¿Mauricio Macri favoreció el endeudamiento en dólares de muchas provincias, lo que terminó siendo un salvavidas de plomo para sus mismos gobiernos?
—En los tres pactos fiscales, primero, estuvo el reconocimiento de lo que significó el fallo de la Corte. En segundo lugar, siempre buscó una contraprestación, que era bajar impuestos. El último pacto fiscal significó salir del vademécum
“La inflación
haciendo goles
“En Córdoba, Juan
Schiaretti recibió
mucha ayuda de
parte del gobierno de
Mauricio Macri.”