Tras dos años, termina el juicio de la ruta del dinero K
A más de dos años de comenzado, el juicio de la denominada “ruta del dinero K”, que llevó al empresario Lázaro Báez por primera vez al banquillo de los acusados, llega a su fin. Para este miércoles se esperan las últimas palabras de parte de los acusados y todo indica que tras eso se conocerá el veredicto. Báez llegó a este debate detenido y procesado por lavado de dinero de alrededor de 60 millones de dólares.
Junto a él, en el banquillo de los acusados, están sus cuatro hijos: Luciana, Martín, Leandro y Melina. Además, entre los otros más de 20 involucrados en el debate, están el financista Federico Elaskar; Leonardo Fariña, imputado colaborador en el caso, y el empresario Fabián Rossi, además del abogado y el contador de Báez, Jorge Chueco y Daniel Pérez Gadín.
Lázaro Báez, principal acusado en el caso, enfrenta pedidos de penas de hasta 12 años de prisión. Así lo solicitó el fiscal de juicio, Abel Córdoba, en tanto que los otros querellantes en el caso, como la Oficina Anticorrupción (OA), la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Agencia Federal de Ingresos Públicos (AFIP) pidieron: 8 años y seis meses de prisión, 9 y 8 años, respectivamente.
Báez llegó al juicio, que comenzó en octubre de 2018, detenido en el penal de Ezeiza, luego de haber quedado preso en abril de 2016, por orden del juez del caso, Sebastián Casanello.
En febrero de 2019 quien quedó preso junto a él fue su hijo mayor, Martín, luego de informes que recibió la Justicia y que dejaban en evidencia que había movido más de 5 millones de dólares en el exterior, cuando ya estaba inhibido por la justicia para hacerlo.
El último miércoles, cuando se reanudó el juicio tras la feria de verano, Martín Báez dijo sus últimas palabras al tribunal. Allí aseguró: “soy una persona honesta, soy buena gente, con la vida destrozada. No soy mafioso ni delincuente. Soy una persona común que trabajó en la empresa de sus padres”. Tras lo que agregó, hablando a los jueces del Tribunal Oral Federal (TOF) 4 que lleva adelante el caso, “ruego que apliquen la ley y me absuelvan”.
Además de él, en la audiencia hicieron uso de las últimas palabras, Pérez Gadín, Rossi, y Elaskar. Este último afirmó: “lo único que se pudo probar es que vendí mi empresa y me la compró el Grupo Báez. Fariña compró muchas cosas y no veo a esas personas en un juicio oral y público”.
En tanto que Pérez Gadín apuntó al rol de los medios y periodistas que participaron de la investigación que en 2013 dio cuenta de lo que sucedía con Báez y el grupo Austral. Y se sumó al argumento utilizado por el kirchnerismo a la hora de explicar las investigaciones judiciales que los alcanzan: “es un típico caso de Lawfare, iniciado por los grandes medios y financiado por los fondos buitre”.
A comienzos de septiembre y tras más de cuatro años en prisión preventiva, Báez obtuvo el beneficio del arresto domiciliario en un domicilio que permanece en el más absoluto hermetismo. Fue luego de que hubiera resistencia y oposición por parte de los vecinos de Ayres de Pilar, barrio cerrado en el que tiene una de sus múltiples propiedades, para que se quede allí.
Desde septiembre,
lázaro Báez goza de arresto domiciliario bajo total hermetismo