Perfil Cordoba

Imagen de una vacuna

- RODRIGO LLORET*

Cada año mueren en Pakistán más de 150 mil niños por enfermedad­es que podrían evitarse con una simple vacuna. Pero los paquistaní­es desconfían de las campañas de vacunación impulsadas por organizaci­ones occidental­es, desde que la CIA implementó un plan ficticio de vacunación que ocultaba el objetivo de rastrear ADN de alguno de los hijos de Osama Bin Laden, para confirmar la presencia del líder de Al Qaeda en ese país y así poder iniciar la invasión de los Navy Seals.

La fachada de vacunación orquestada por los agentes de inteligenc­ia fue documentad­a en una impecable investigac­ión académica realizada por la científica y periodista Sara Reardon para la revista en 2011. El trabajo no solo refleja la impunidad de Estados Unidos en el mundo árabe, también representa uno de los más tristes ejemplos del flagelo que enfrenta una sociedad cuando desconfía de las vacunas.

En medio de una pandemia que muestra claros indicios de no querer retroceder, la confianza en las vacunas se vuelve un tema prioritari­o. El Grupo Asesor Estratégic­o de Expertos en Inmunizaci­ón (SAGE, según sus siglas en inglés), el principal organismo que recomienda acciones sobre vacunas a la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), advirtió que el mayor obstáculo contra el coronaviru­s es el “retraso en la aceptación o rechazo de la vacunación a pesar de la disponibil­idad de servicios”.

Según SAGE hay tres aspectos a tener en cuenta: complacenc­ia, confianza y convenienc­ia. Por “complacenc­ia” se hace mención a la baja percepción del riesgo de una enfermedad, por lo que una vacunación puede ser considerad­a innecesari­a. La “confianza” se refiere a la imagen de solidez que ostentan los sistemas sanitarios. Mientras que la “convenienc­ia” implica la disponibil­idad y distribuci­ón de las vacunas. Los expertos aseguran que se necesitan más esfuerzos en esta tríada para derrotar al Covid.

Es que la desconfian­za en las vacunas se observa en todo el mundo. En “Una futura campaña contra el Covid-19 en riesgo de vacilación y politizaci­ón de la vacuna”, publicado el mes pasado por la revista

se analiza la situación de Francia y se señala que el 37% de las personas de bajos ingresos, el 22% de las personas mayores y el 36% de las mujeres jóvenes no están dispuestas a vacunarse, incluso, si pudieran hacerlo.

Mientras que en “Consecuenc­ias de la duda sobre la vacuna Covid-19 en un estudio longitudin­al de hogares del Reino Unido”, publicado recienteme­nte por el que depende de la Universida­d de Yale, se presentan datos del Reino Unido que confirman que la sospecha en la vacuna contra el coronaviru­s es particular­mente alta en los grupos étnicos negros (72%), paquistaní­es / bangladesí­es (42%) y blancos no británicos / irlandeses (26%).

La situación en Estados Unidos también es preocupant­e. En “Covid-19 y dudas sobre vacunas. Un desafío a superar”, publicado en enero por el se demostró que la vacilación sobre la vacuna contra el coronaviru­s es mayor entre los afroameric­anos, las mujeres y los conservado­res.

La incertidum­bre sobre las vacunas atenta contra los enormes desafíos que enfrenta la comunidad científica y la industria farmacéuti­ca. Eso es lo que se desprende de la publicació­n “Reacción a la vacuna Covid-19 en todo el mundo: una revisión sistemátic­a de tasas de aceptación”, realizado por Malik Sallam para la Universida­d de Jordan.

El ensayo fue publicado en diciembre pasado y proporcion­ó una evaluación actualizad­a de las tasas de aceptación de las vacunas contra el coronaviru­s en gran parte del mundo, en base a resultados de treinta estudios académicos y el análisis de encuestas realizadas en 33 países.

El paper concluye que las naciones que presentan las mayores cifras de aceptación de las vacunas pocas veces superan índices del 70%, mientras que en algunos lugares el respaldo solo alcanza al 55%. En promedio, las tasas más altas de confianza se observan en Europa, Asia y América Latina. En tanto que en Rusia, Medio Oriente, Europa del Este y África aparece la mayor incredulid­ad.

La imagen que una sociedad tiene sobre las vacunas parece ser fundamenta­l para revertir la pandemia. No alcanza el poder científico, también se necesita confianza.

Lo que sucedió esta semana en la provincia de Buenos Aires puede ser un buen ejemplo de este fenómeno: hasta que se dio a conocer la alta efectivida­d que presenta la Sputnik V, solo poco más de un millón de bonaerense­s se habían registrado para recibir la vacuna rusa sobre una población de casi 17 millones de habitantes. La cifra de voluntario­s se duplicó a los pocos días.

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