La Ciudad presentó su protocolo para que haya clases presenciales
El Gobierno porteño terminó de definir el protocolo para el inicio de clases bajo la modalidad presencial cuyo inicio está previsto para el 17 de febrero, con pautas sanitarias, educativas y organizativas. El texto fue trabajado durante las últimas semanas con los 17 gremios que tienen representación en la Ciudad y será publicado mañana en el Boletín Oficial porteño.
De acuerdo al documento se dispuso un regreso escalonado a la presencialidad que da prioridad para el inicio de clases a los niños de salas maternales y jardín de infantes, el primer ciclo de nivel primario y el ciclo básico del nivel secundario. En tanto, el 22 de febrero continuará el segundo ciclo de nivel primario y de educación especial mientras que el 1° de marzo será la última fecha para completar el calendario que incluye al ciclo orientado del secundario y las escuelas técnicas. Cada curso será dividido en “burbujas” para poder controlar los contactos de cada chico y en el caso de los docentes que integren más de un grupo, se les pide extremar las medidas sanitarias y de seguridad. Según se dispuso, se habilitará la presencialidad de lunes a viernes durante al menos 4 horas, el equivalente a una jornada simple de acuerdo a las posibilidades edilicias de cada institución y se continuará con la modalidad mixta a distancia para complementar aquellos contenidos que no pueden ser brindados en el aula.
A nivel sanitario, el protocolo porteño pone énfasis en el distanciamiento entre docentes y alumnos entre sí de al menos 1,5 metros y el uso de tapaboca obligatorio, con excepción de los niños menores de dos años. Para aquellos de entre 3 y 5 años “deberán usarlo todo el tiempo que sea posible”, y se quitará para comer, beber y realizar actividad física. Para los docentes, se suma el requerimiento de uso de máscara facial, para reforzar las medidas de prevención.
El documento detalla que están exceptuados de la participación presencial tanto los estudiantes como los docentes que pertenezcan a grupos de riesgo o que convivan con familiares en esa situación, lo que deberá ser debidamente certificado. En el caso de los niños que no asistan al aula, se deberá garantizar la continuidad pedagógica, al igual que el resto de sus compañeros.
Con respecto al uso del transporte público, el personal docente, no docente y los estudiantes, con sus acompañantes que asistan a clases presenciales quedan exceptuados de la prohibición de su utilización aunque deberán obtener un permiso de circulación.