La prioridad debe ser la asistencia a clases
A la hora de cerrar las escuelas como paliativo a la propagación del coronavirus no se tuvieron en cuenta los efectos negativos que podrían generarse en los estudiantes.
En este sentido, David Jaume, economista e investigador del Banco de México, sostiene que “los costos de la pérdida de días de clases presenciales son enormes, desiguales y, en muchos casos, irrecuperables. Esta situación pone en evidencia la necesidad de definir a la presencialidad de las clases como prioridad en la estrategia nacional contra la pandemia”. “Es abundante la evidencia que indica la gravedad del impacto que ha tenido en niños y jóvenes la carencia de educación presencial en el pasado ciclo lectivo.
Expertos de todo el mundo coinciden en señalar que esta situación traerá serias consecuencias no solo para sus vidas sino también para el futuro desarrollo de las sociedades en las que actúan. Estas comprobaciones, unidas a varios estudios que coinciden en destacar el bajo riesgo de contagio en las clases presenciales cuando se toman las precauciones adecuadas, señalan la urgencia de volver a la educación presencial”, advierte Guillermo Jaim Etcheverry, presidente de la Academia Nacional de Educación.
“Si bien la pobreza estructural es preexistente a la pandemia, la interrupción prolongada de clases profundiza las desigualdades sociales y privaciones existentes, articulándose con procesos sociales de inclusión y exclusión, que afectan las trayectorias educativas y cursos de vida de muchos niños/as y jóvenes. Sin escuela no hay posibilidad de educación para todos, y esto supone reconocer la enseñanza como una tarea especializada y a los docentes como herramienta central de una política educativa basada en el cuidado y defensa de la acción escolar”, sostiene la especialista en educación Tamara Vinacur.