Carne trémula
Este mes la carne fue “trending topic” a partir de que el Gobierno impuso un precio máximo a ocho cortes y la medida hizo temblar a los carniceros, al reducirse su margen de ganancia, y a los pobres, al tener que resignarse desde ahora a consumir solo los cortes que no tienen aceptación en Europa y no son exportables. La cobertura periodística del tema y el cuestionamiento que originó esta medida me hicieron recordar a algunos personajes (reales y ficticios) que tuvieron una estrecha relación con la carne.
Cipriano Reyes (1906-2001) fue un sindicalista de la industria de la carne y tuvo un protagonismo notable en la manifestación convocada el 17 de octubre de 1945, que influyó decisivamente en la posterior instalación de Perón como presidente. Unos años después, en 1948, Reyes cayó en desgracia cuando fue acusado de un complot para asesinar a Perón y a su esposa a la salida del Teatro Colón, y fue encarcelado, hasta que en 1955 fue indultado durante la Revolución Libertadora.
Varios personajes ficticios relacionados con la carne aparecieron en la pantalla. En la telenovela
Guillermo Francella personificaba al dueño de una carnicería. Isabel Sarli, en era la obrera de un frigorífico en Avellaneda que estaba de novia con un joven pintor y que es violada en un descampado cuando concurría a su trabajo. Posteriormente, la violan sobre una media res en una cámara frigorífica y finalmente es abusada por varios hombres dentro de un camión hasta que su novio logra rescatarla.
El cine mostró en dos ocasiones el romance entre un carnicero y una profesora. En El de Claude Chabrol, los dos personajes se conocen en una fiesta de casamiento y la historia se complica cuando ocurren varios asesinatos y en el lugar de uno de los crímenes la policía encuentra un encendedor que la profesora le había regalado al carnicero. En
el personaje del carnicero que compone Ernest Borgnine tiene 34 años y ya es considerado un solterón. En un salón de baile conoce a una profesora (Betsy Blair) e inician un romance del tipo “manito con manito”, como se estilaba en esa época. Cuando el carnicero quiere “ir a los bifes”, como vulgarmente se decía, y casarse con ella, la madre y la tía se oponen y él debe sortear esa dificultad para llegar a un final feliz. En 1955, la película ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes y en 1956 ganó el Oscar a la mejor película y al mejor actor y director. Con semejantes distinciones, Marty puede ser considerado el carnicero más premiado de la historia del cine.n