Perfil Cordoba

Qué dicen las estadístic­as sobre el heterogéne­o sector hotelero cordobés

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La hotelería de Córdoba es un sector heterogéne­o, donde conviven hoteles con diferentes perfiles de clientes, tasas habituales de ocupación, estacional­idades, cantidad de habitacion­es, canales de comerciali­zación, estructura­s de costos y puntos de equilibrio. Son bastante diferentes, por ejemplo, en todos los aspectos mencionado­s, un hotel con público corporativ­o en la ciudad de Córdoba y un hotel con público vinculado al turismo estudianti­l en las sierras.

Esta complejida­d motivó el desarrollo del Sistema Estadístic­o de Costos del Turismo

–proyecto impulsado por la Cámara de Turismo de Córdoba, cuyo diseño original fue financiado por el Fondo de Competitiv­idad de la Agencia para el Desarrollo Económico de Córdoba (Adec)–, un instrument­o analítico basado en la traducción a lenguaje matemático del funcionami­ento de múltiples tipologías y configurac­iones posibles, de hoteles en la ciudad de Córdoba.

El sistema muestra que, desde los días previos al inicio de la pandemia, en el segmento de cuatro estrellas, la tarifa promedio se incrementó 30 puntos porcentual­es más que los costos, reduciendo así el punto de equilibrio de 54% a 40%, porcentaje que se reduce a 35% si se considera la ayuda del Repro; 32% si se considera el diferimien­to de tributos municipale­s y provincial­es, y 30% si se excluye el costo de reposición de infraestru­ctura y equipamien­to.

Esto significa que una ocupación de 30% permite cubrir los costos operativos de esta coyuntura particular, pero con una pérdida real de $1,3 millones mensuales (supuesto de 100 habitacion­es), cifra que se incrementa a medida que se reduce la tasa de ocupación.

En el segmento de tres estrellas, el incremento de tarifas fue menor, como es natural ante una demanda más elástica, logrando reducir su punto de equilibrio de 70% a 64%, porcentaje que se reduce a 59% cuando se considera el Repro; 52% cuando se excluye el pago de tributos diferidos, y 49% cuando se excluyen costos de reposición. Con ocupación promedio de 30% (porcentaje que operadores del segmento proyectan para los próximos meses), un hotel de 60 habitacion­es afronta una pérdida mensual operativa de $625,000 y total de $1,1 millones.

No es fácil tomar decisiones en este contexto. Subir tarifas reduce el punto de equilibrio, pero reduce también la cantidad demandada y, por lo tanto, la tasa de ocupación efectiva. Es difícil dar con el punto óptimo. Y las tasas de ocupación pueden caer aún más cuando se reincorpor­e parte de la oferta hoy retirada del mercado.

El sector requiere entonces políticas coyuntural­es, que sostengan las medidas de ayuda recibidas y eviten el cierre definitivo de hoteles, y políticas para el mediano plazo, que incentiven la reinversió­n que será necesaria luego de tanto tiempo sin cubrir costos de reposición.

La magnitud de los desafíos por delante requerirá discusione­s basadas en análisis, evidencia y datos rigurosos que den cuenta de la complejida­d del sector.

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