Una misa con el presidente, musulmán kurdo
En su segunda jornada de la visita a Irak, Francisco se convirtió en el primer pontífice en celebrar una misa por el rito caldeo, una celebración en Bagdad a la que acudió por sorpresa el presidente iraquí, Barham Salí, musulmán kurdo.
En la misa, marcada por las estrictas medidas de seguridad ante la pandemia y en la que el número de fieles no llegaba a 200, el Papa habló sobre la sabiduría y denunció que “a menudo quien posee más medios puede adquirir más conocimientos y tener más oportunidades, mientras que el que tiene menos queda relegado. Se trata de una desigualdad inaceptable, que hoy se ha ampliado”.
No obstante, el Papa dejó en claro que, si bien para el mundo “quien posee poco es descartado y quien tiene más es privilegiado”, para Dios es lo contrario: “Quien tiene más poder es sometido a un examen riguroso, mientras que los últimos son los privilegiados de Dios”.
Hoy Francisco viajará en avión a Erbil, capital del Kurdistán iraquí, donde será recibido en el aeropuerto por las autoridades religiosas y civiles de la región autónoma del Kurdistán iraquí. Este punto se erige como el último refugio de los cristianos en
Irak, en la región autónoma del Kurdistán, que consiguió su independencia en 1991 tras la primera Guerra del Golfo, un lugar donde, de momento, son tolerados, aceptados y pueden exigir algunos derechos. En Erbil celebrará el evento más multitudinario del viaje con una misa para 10 mil personas en un estadio. Además de Erbil, hoy visitará Mosul y Bajdida.
Los cristianos han sufrido especialmente la guerra en Irak. Quedan menos de 300 mil de los más de 2 millones que había en tiempos de Sadam Husein. Además, fueron objetivo prioritario de Estado Islámico, que asesinó a miles de cristianos solo por el hecho de serlo. A causa de las numerosas persecuciones y amenazas de muerte a manos de los grupos musulmanes radicales, miles de familias cristianas escaparon de las ciudades de Basora, Bagdad y Mosul para refugiarse en Erbil y las zonas limítrofes.
Antes de que Estados Unidos invadiera Irak en 2003, había alrededor de 1,2 millones de cristianos en todo el país. Además de católicos caldeos, que representan el 75% de los cristianos iraquíes, están los asirios o nestorianos, seguidos de siriacoortodoxos, y, en menor número, armenios y protestantes.
Justicia que asegure equidad y promoción para todos, comenzando por los más débiles. No habrá paz sin pueblos que tiendan la mano a otros pueblos”, defendió.
El viernes, durante una recepción de las autoridades en Bagdad, el Pontífice ya había hablado de Siria, donde la guerra iniciada hace diez años tras una revuelta popular ha dejado más de 387 mil muertos.
Y, como ya había hecho en Marruecos, otro país musulmán al que quiso visitar, el Papa defendió “la libertad de conciencia y la libertad religiosa”.
La visita de Francisco, bajo fuertes medidas de seguridad, tiene lugar en medio de un confinamiento total de la población tras el aumento de casos de covid-19.
Irak está confinado por la pandemia, con un promedio de cinco mil casos
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