BOCA VISITA AL PUNTERO
CCon el regreso del experimentado Carlos Tevez, Boca buscará hoy cambiar la pálida imagen de sus últimas presentaciones, cuando visite en Liniers al entonado Vélez, líder de la Zona B de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol.
El elenco de la Ribera viene de empatar en la Bombonera con Sarmiento por 1-1, en un partido en el que volvió a mostrar pocas ideas futbolísticas, al igual que ocurrió entre semana en su ajustada victoria por 2-1 frente a Claypole -equipo recién ascendido a la Primera C- por Copa Argentina.
Más allá de esto y de que en el horizonte asoma River -lo enfrentará la próxima fecha-, el técnico Miguel Russo seguirá apostando por una formación similar y ensayará solo dos variantes, una obligada, por la lesión de Carlos Izquierdoz, y la otra por el regreso de Tevez.
El capitán ocupará el lugar del lesionado Eduardo Salvio, mientras que Lisandro López será el reemplazante de “Cali” Izquierdoz, quien sufrió ante Sarmiento una lesión en las costillas, producto de un fuerte golpe, y continúa con su recuperación.
El conjunto de Liniers lidera el grupo con puntaje ideal, producto de sucesivas victorias frente a Newell´s, Sarmiento y Argentinos Juniors, y ahora buscará darle continuidad a su buen momento.
De no mediar inconvenientes, el entrenador Mauricio Pellegrino repetirá los mismos titulares que se impusieron la fecha pasada en La Paternal sobre Argentinos Juniors por 2-0.
Independiente juega de local. Las tribunas del Libertadores de América están vacías. El equipo de Falcioni puede aburrir o sorprender con un juego ofensivo. Da lo mismo. A veinte metros de la cancha, un grupo de hinchas del Rojo arma una fiesta. Cantan y gritan como si estuvieran en los escalones de la tribuna norte. Bebote lo hizo de nuevo.
No se trata de un grupo de barras con bombos y banderas, no están subidos al paraavalancha ni comparten Fernet en botellas cortadas. Todo es más moderado, casi civilizado. Los hinchas que cantan y gritan en realidad miran el partido en las pantallas ubicadas en la terraza del restaurante Los Diablos Rojos que Bebote abrió en Bochini 733, al lado de la entrada principal del estadio. Es el emprendimiento gastronómico que el ex barra inauguró el año pasado. La nueva versión de Bebote es gourmet.
Manteles rojos, servilletas blancas, hay réplicas de las copas por todos los rincones. Pero lo más llamativo es el museo del primer piso: Bebote exhibe una selección de las más de mil camisetas de su colección personal, la mayoría firmadas por jugadores.
Ese local, que ahora luce como un restó de Palermo, encierra una historia tétrica. En junio de 2015 era un esqueleto de cemento abandonado y desde allí Bebote