La efectividad en los tratamientos virtuales
A la hora de pensar en los efectos negativos de esa ausencia física del otro, Colombero señala que no hay una respuesta acabada, sobre todo si se plantea en términos de efectividad. “Los resultados de los procesos psicoterapéuticos son difíciles de cuantificar. Además, también depende mucho de la teoría de la que el profesional se sirva. Así como hay autores que reflexionan sobre las distintas formas de ‘escuchar y ver’ al cuerpo de un paciente en la virtualidad, hay quienes se oponen, argumentando la imposibilidad del trabajo con un cuerpo a la distancia.
En tal sentido, la especialista hace hincapié en que las terapias virtuales no se recomiendan para todos los casos. “Podrían utilizarse en pacientes adultos neuróticos, personas introvertidas, con ciertas dificultades en sus habilidades sociales, agorafobia, retraimiento y soledad, pero no se recomiendan en niños, psicopatías, personas con trastornos de personalidad, violentos y agresivos, suicidas y pacientes psicóticos”, señala.