Elevan a juicio causa contra Juan Viarnes
La acusación devela la trama en su doble faz de ‘agente encubierto’ y delincuente común, amparado por el exjefe de Drogas de la Policía, Rafael Sosa, y Peralta Dattoli.
El fiscal federal Enrique Senestrari firmó el requerimiento de elevación a juicio contra Juan Francisco ‘el Francés’ Viarnes, en la causa considerada la precuela del llamado narcoescándalo. Fue el fin de la División Drogas Peligrosas de la Policía de Córdoba y la creación de la Fuerza Policial Antinarcotráfico, bajo jurisdicción del Ministerio Público Fiscal.
La acusación es por encubrimiento agravado y circulación de moneda falsa, estafa y falsificación de documento público agravado, en el marco de una investigación que tuvo varios capítulos no exentos de intrigas y traiciones.
Viarnes cayó preso cuando pensaba que tenía protección asegurada de los policías a los cuales servía en investigaciones narcos.
Su detención se produjo el 18 de julio de 2013, después de que dos hombres lo denunciaron porque les pagó con US$42.000 apócrifos tres vehículos que le vendieron. El Juzgado Federal N°1, de Ricardo Bustos Fierro, abrió la causa y allanó la vivienda que alquilaba Viarnes en barrio Urca, en cuyo interior secuestró US$347.800 falsos y $36.200.
Al haber caído preso, Viarnes se decidió a hablar y contar la tarea que venía realizando como agente infiltrado, provocador y ‘buchón’ de la policía desde hacía –por entonces– dos años. Se abrió la pesquisa conocida como narcoescándalo, que investigó al jefe de Drogas, Rafael Sosa, y miembros de sus brigadas.
Frente a las cámaras. Juan Viarnes estuvo detenido entre el 18 de julio y el 13 de agosto de 2013, día en que fue liberado bajo caución. Hasta el 4 de septiembre, la investigación contra las actividades ilegales de los policías de Drogas se mantuvo entre las paredes de los tribunales. Ese día, el delator hizo pública la información, que había aportado a la Justicia Federal en el programa ADN de Canal 10, conducido por Tomás Méndez.
Tres días después, apareció muerto Juan Alós, uno de los policías señalados. Su cuerpo yacía en el interior de un Renault Clío asignado a la Dirección General de Lucha contra el Narcotráfico de la policía provincial. Y en un bolsillo de la campera que se secuestró dentro del vehículo había un pendrive que resultó revelador y constituyó una de las pruebas cruciales, para conocer los movimientos al margen de la ley de Viarnes y los efectivos con los cuales colaboraba como agente provocador.
Por el ‘narcoescándalo’, en 2016 fueron condenados el exjefe de Drogas, Rafael Sosa, y los policías Gustavo Julio González, Alfredo Damián Seine y Fabián César Peralta
Dáttoli, por violación de los deberes de funcionario público, y el agente Franco Sebastián Argüello también por extorsión. Luego, la Cámara Federal de Casación Penal, también les endilgó el delito de asociación ilícita, agravando las penas.
Fábrica de dólares. Los billetes falsos que tenía Viarnes, según la acusación, provenían de una banda de Rosario
dedicada a la impresión con alta calidad de monedas locales y estadounidenses. Delitos Económicos de la Policía de Córdoba venía siguiendo al líder, Diómedes Manuel Carbone, desde septiembre de 2010. Era una especie de empresa familiar porque en la confección y distribución participaban su padre, tíos, un hermano y parientes políticos. Colocaban la ‘producción’ de billetes en clientes de varias provincias argentinas.
Entre los distribuidores aparecieron dos de Córdoba. Uno era Arturo Ramón Rossi, un vecino de Arroyito, a quien Viarnes –siempre según las pruebas que se mencionan en la acusación– le compró dólares apócrifos para perpetrar luego distintas estafas.
La causa contra la banda de los rosarinos está elevada a juicio en el Tribunal Oral Federal N°1 sin fecha para la audiencia, bajo la carátula “Hidalgo, Jerónimo; Carbone, Manuel y otros s/Falsificación de moneda”. Los acusados son 15 en total, entre quienes se encuentran los expolicías cordobeses Rafael Sosa y Fabián Peralta Dáttoli. La causa de Viarnes quedó aparte y recién ahora se eleva a juicio porque estuvo prófugo.