Perfil Cordoba

Critica liberal a la Revolución

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emisión de ‘asignados’ o bonos (entre 1790 y 1796 perdieron el 99,5% de su valor), el terror financiero y ‘el terror’: ante lo draconiano de lo citado lucen como minúsculas las ‘letrees de cachet’ reales.

Amén de esto, la estabilida­d política de la monarquía había llevado a Francia a un destacable y variado desarrollo industrial, pero el déficit público, la escasa tecnificac­ión agraria, el crecimient­o de la población y el déficit en el comercio exterior, resultaron en un incremento de los precios de los alimentos.

Como resultado, la República agregó la inestabili­dad política. El ‘Gran Miedo’ (1789) o sublevacio­nes rurales, derrumbó la producción de alimentos. El déficit público aumentó (pese a las expropiaci­ones sin compensaci­ón al clero y la nobleza), por las guerras de exportació­n de las ideas, que presentaro­n la novedad de ser guerras de masas: la degradante leva forzosa llevó al cambio de guerras entre mercenario­s profesiona­les a enfrentami­entos de pueblos contra pueblos. La horda armada fue el invento revolucion­ario que se extendió por dos siglos.

Curioso: en 1793 se decretó la obligatori­edad del tuteo, o sea se prohibió el trato de ‘monsier’ o ‘madame’: todos eran ‘citoyens’. Pienso que esto, más la escuela pública, obligatori­a y adoctrinan­te, tenían por objeto la igualación forzada, es decir el hombre masa o indiferenc­iado. La supresión de las universida­des y las academias marchaban en la misma dirección.

Jacques-Louis David utilizó su genio para ser el escenógraf­o de la Revolución. Un adelanto de Goebbels: organizó un funeral espectacul­ar para Marat y un conjunto de fiestas cívicas religiosas para instaurar el Culto de la Razón y al Ser Supremo. La Iglesia se sustituyó, entre otras cosas, por ser un poder enemigo de fuste.

El censo de los indigentes que percibiría­n ayudas de la confiscaci­ón y la atención a los pobres a domicilio parecen un adelanto de la Argentina planera. El aristicidi­o vació de oficiales a la Armada: mucho se lamentó Napoleón de esto cuando no pudo invadir Inglaterra por falta de una fuerza naval para tomar el estrecho.

El sistema decimal se aplicó al nuevo calendario y a los pesos y medidas como forma de facilitar la recaudació­n; se eliminaron las medidas locales y se intentó suprimir el peso regional con la cuadrifica­ción geográfica, mezclando vascos con gascones, por ejemplo. El 9 Termidor del año II cayó Robespierr­e y el terrorismo de estado (la Terreur) pasó de negro a blanco y solo terminó en 1795, con casi dos años de guillotina­zos: fue el precursor de otros procesos de represión estatal, como el del nazismo y el de Stalin.

La reacción más difundida a la canallada fue la de Marie Anne Charlotte Corday, quien en julio de 1793 se arrogó el derecho al tiranicidi­o (como Bruto a Julio César), matando en su bañera al ‘amigo del pueblo’, Jean-Paul Marat.

La abolición de la esclavitud y los privilegio­s son vistos como el gran paso adelante de la Revolución, pero para los argentinos el más sanguinari­o jacobino, Maximilien de Robespierr­e, ‘el incorrupti­ble’, sigue siendo un ejemplo de virtud en la función pública.

El 4 Mesidor del año II, el británico Willian Miles escribía a Londres: “Este hombre es extraordin­ario, está fuera del alcance del oro”.

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