Los peligros de una “grieta” en el liberalismo
óptima. El debate entre una integración en JxC y la construcción de una alternativa por fuera del bicoalicionismo no está cerrado: si bien es verdad que la autonomía liberal prácticamente garantiza su nula injerencia en un futuro gobierno, no es menos cierto que la “pata liberal” de JxC es débil y difícilmente pueda volverse mayoritaria en un espacio dominado por la socialdemocracia. La tensión entre purismo y factibilidad es real.
Pero la existencia de liberales cambiemitas y anticambiemitas no debería convertirse en una lucha encarnizada que borre su origen liberal común. En este sentido, el creciente nivel de enfrentamiento entre bandos crea una grieta innecesaria y peligrosa porque la división del liberalismo fortalece a los no liberales de cada espacio. Existe un alto riesgo de que los liberales cambiemitas queden subsumidos en un progresismo que los ignore y de que los anticambiemitas terminen devorados por un conservadurismo que tergiverse las banderas liberales.
Los indicios de que el liberalismo puede desvanecerse dentro y fuera de JxC son claros. Hacia dentro, debe notarse que la incorporación de liberales solo se permite cuando es imposible prevenir la fuga de votantes: no se concibe a los liberales como pares sino como una minoría a contener. Sin ir más lejos, la provincia más grande del país tuvo una interna de JxC pero sin liberales, aunque fuera reclamada por estos últimos: no se los juzgó necesarios.
Fuera de JxC, el liberalismo corre el peligro de que su autonomía se transforme en marginalidad: la falta de estructura permite que otros sectores se aprovechen de él y la radicalización del discurso abre las puertas a una antipolítica nutrida de intolerancia y antiliberalismo. En ese sentido, la posibilidad de que el nacionalismo antiliberal consiga una banca en el congreso por el liberalismo porteño no solo es insólita, sino que los posicionamientos y personajes que trae aparejado el primero convierten al segundo en un blanco fácil para un mainstream que busca activamente formas de “cancelarlo”.
En cualquier caso, la elección general está cerca pero pasará, y sería útil para los propios liberales que tanto los cambiemitas como los que no lo son reconozcan que también existe liberalismo en el otro espacio. En definitiva, los liberales no dejan de ser una minoría, y sería una mala idea cavar una grieta insalvable entre ellos en un país que necesita urgentemente tanto liberalismo como sea posible conseguir.
sería una mala idea en un país que necesita urgente tanto liberalismo como sea posible