Fraude en empresas
La pandemia no fue la única amenaza para las compañías en 2020. Aunque la crisis sanitaria representó obstáculos para mantener la productividad, factores como la corrupción y el fraude persistieron dentro del entramado productivo, agudizando, incluso, su impacto dentro de las organizaciones más grandes. Sin embargo, una investigación de Kroll detalla que las empresas están siendo más proactivas para mitigar estos riesgos.
Los resultados del Informe Global de Fraude y Riesgo de Kroll son contundentes: se encontró que el 57% de las empresas globales con una facturación de más de $15 mil millones de dólares, así como el 48% de las organizaciones con una facturación anual de entre USD$10 mil millones y USD$15 mil millones tuvieron, en el último año, un impacto ‘muy significativo’ en sus operaciones debido a actividades ilícitas como el fraude, la corrupción y el lavado de dinero. En la investigación de Kroll participaron 1.336 tomadores de decisiones de alto nivel de empresas de 17 países.
A partir de lo anterior, es significativo el hecho de que, en general, las empresas más grandes continúan siendo las más vulnerables frente a delitos como el fraude y la corrupción. No obstante, la investigación de Kroll encontró que, aunque el panorama sea desafiante, la mayoría de compañías están adoptando medidas contundentes para contrarrestar estas amenazas.
Al respecto, la encuesta destacó que, a nivel mundial, las empresas se están centrando en medidas proactivas para gestionar el riesgo de fraude y corrupción, incluyendo estrategias como las evaluaciones de riesgos de toda la empresa (82%) y el uso de análisis de datos proactivos (86%). Además, el 72% dijo que los problemas de soborno y corrupción estaban recibiendo suficiente atención e inversión desde instancias como la junta directiva.
Para atacar problemáticas como el fraude y la corrupción dentro de las organizaciones es necesario direccionar esfuerzos hacia los factores que los ejecutivos identifican como los principales vectores de