QUÉ LE DIJO CUMPLIDO A LACIAR
Había un complot político judicial en su contra. A él le soltaron la mano. Hay mucha gente en el medio que ni siquiera nombran.
En los primeros minutos del 6 de agosto del 2020, cuando asesinaron a Blas, primero se enteró el jefe (Gustavo Vélez); después el ministro Alfonso Mosquera; en tercer lugar el subjefe, y luego el director general de Capital, Gustavo Piva. Y él fue el octavo en saber lo que había pasado.
Desde el Centro de Comunicaciones nadie lo llamó, siendo que es lo primero que debieron hacer.
A Walter Eduardo Soria (acusado en el juicio) le borraron todo el teléfono. Ahí estaban los mensajes que le mandó a Piva.
Mosquera mandó a callar a Soria y a Jorge Ariel Galleguillo (acusado en el juicio).
Él supo “desde la cama”, esa madrugada, que esto era un “mocazo”.
Galleguillo le dijo “hay algo peor” refiriéndose al arma plantada.
Cumplido bajó directivas a Soria y Galleguillo y que cumplieron lo que les ordenó.
Al día siguiente del crimen, el fiscal lo felicitó. Y a los cinco meses lo imputó.
Mosquera le dijo que saliera él a hablar porque Vélez era un “cagón”.
Lucas Mezzano (subsecretario de Seguridad) lo citó en un bar y le preguntó: “¿Y si Mana te imputa? ¿Y si te sacan la carpeta del 2016?” (un antecedente de su legajo). A los pocos días Mana lo imputó.
Mosquera le dijo: “Prepará las vallas porque son de clase media y vamos a tener problemas”. Hubo un mensaje que le mandó Mosquera y decía: “Mataron a un rubito”.
La Policía estaba incontenible. Debieron disparar a las gomas del auto.
Después de la reunión, le envió mensajes para decirle que a algunos le “devolvieron favores”. Mezzano entró al nuevo tribunal de conducta y Vélez, exjefe de policía, se convirtió en el jefe de seguridad del Banco de Córdoba.
Hace poco le mandó un mensaje que decía: “Me avisaron que vienen por mí. Hay que saber contra quién luchamos porque son capaces de cualquier cosa”.