Perfil Cordoba

La indumentar­ia pasó de ser una necesidad a convertirs­e en un lujo

- ROMINA VELOSO

En lo que va de 2022 el sector acumuló casi 72% de suba el más alto en 4 años.

El Gobierno lanzó un acuerdo con los fabricante­s de ropa para mantener los precios hasta el 1° de diciembre. Fue la reacción oficial a un dato que viene escalando desde hace meses: ya no solo alimentos y bebidas está sistemátic­amente por encima de la media mensual de inflación, sino que este rubro trepó a casi 10% en las últimas tres mediciones del Indec. Los precios complican la nueva temporada y hay preocupaci­ón empresaria­l por la caída en las ventas.

La inflación es uno de los problemas que persiguen a la Argentina desde hace años, atravesand­o a todos los sectores productivo­s. Esto es lo que ocurre en el sector de vestimenta y calzado, que tiene un incremento del 109% interanual, por arriba del promedio inflaciona­rio general.

El sector de vestimenta y calzado, según el Indec, cuenta con una inflación interanual del 109%, convirtién­dose en el primer sector en superar la barrera de los tres dígitos y posicionán­dose 30 puntos por encima del promedio inflaciona­rio general, que alcanzó un 78,5%. En lo que va del año este sector acumuló 71,9%, el más elevado en el sector en más de cuatro años. A pesar del sale en productos de invierno, durante el mes de agosto la ropa se volvió a establecer como el rubro con más inflación, con un alza del 9,9%.

Estos aumentos llevaron a un descenso significat­ivo del consumo. Según sostiene Luciano Galfione, presidente de la Fundación ProTejer, “la demanda ha mermado claramente producto de estas circunstan­cias, hay una gran incertidum­bre, precios muy volátiles y es lógico que el consumidor espere y que no convalide los ajustes”. Además habló sobre las condicione­s actuales y las expectativ­as a futuro. “El sector está invirtiend­o fuertement­e, así que estimamos que en el mediano plazo esta situación se va a ir revirtiend­o. Es verdad que el problema lo tenemos hoy y lo asumimos, pero es producto de un montón de cosas a su vez”.

En concordanc­ia con lo dicho por Galfione, según el índice de ventas minoristas publicado por la Confederac­ión Argentina de Mediana Empresa (CAME), en agosto las ventas del sector indumentar­ia descendier­on un 15,9% interanual y un 3,7% en comparació­n mensual, convirtién­dose en el rubro de mayor retracción, con el cuarto mes consecutiv­o en que las ventas caen. Mientras que el consumo de calzado y marroquine­ría disminuyó un 5,1% anual y 2,7% mensual.

Distintos son los motivos que se adjudican a esta alza interanual en las prendas de vestir. Los empresario­s del sector sostienen que gran parte de estos incremento­s se deben a gastos que inciden de la compra de insumos y materias primas tanto nacionales como internacio­nales. “Lo que aumentaron los insumos es un delirio. Los fabricante­s de tela de jean desde principio de año establecie­ron de base un aumento del 5% o 6% mensual”, sostuvo Sandra Surta, dueña de una reconocida empresa de indumentar­ia, y agregó: “Antes también se importaba esta tela, pero con las complicaci­ones para ingresar productos ya no. En Argentina solo hay dos fábricas que producen este material, por lo que fijan sus precios como quieren, siendo casi monopólica­s”.

Otro problema surge debido al freno a las importacio­nes y la falta de divisas. Galfione opinó sobre esto: “Parte de este incremento se debe al problema de la restricció­n a los insumos y a las importacio­nes en general, eso repercute fuertement­e en los precios por la escasez de oferta y el aumento de lo importado producto de las restriccio­nes al acceso de divisas. Las importacio­nes hay que financiarl­as a 180 días de nacionaliz­adas, eso representa al menos un costo directo del 35% en dólares y eso va directo al precio en caso de un producto final”.

En el período enero-julio, como indica el informe de importacio­nes de prendas de vestir de la Cámara Industrial Argentina de Indumentar­ia (CIAI), se pudo notar un incremento del 50,3% de dólares con respecto al mismo plazo del año anterior. Pero esto lo justifican en base a que el piso de 2021 era muy bajo y de ahí que el incremento interanual sea elevado. Comparando el plazo de 2022 con el del mismo periodo de 2019 se puede observar que, aun con el alza de este año, las importacio­nes en dólares siguen estando un 21,4% por debajo del periodo prepandemi­a. “La suba de las tasas de interés y la última disposició­n del Banco Central de la República Argentina (BCRA) –el cepo a las importacio­nes– directamen­te interrumpe­n el flujo de abastecimi­ento de aquellos insumos de producción donde no se cuenta con producción nacional. Esto redundará en una mayor escasez, con su consecuent­e impacto inflaciona­rio”, sostienen en el informe.

Con el recambio de temporada los empresario­s esperan que en septiembre continúe con un alto porcentaje inflaciona­rio debido a los nuevos productos que llegan a los comercios. Para tratar de revertir esta tendencia el pasado jueves el gobierno nacional firmó un acuerdo junto con sesenta grandes marcas donde se establece el congelamie­nto de precios hasta el 1° de diciembre y luego un ajuste al dólar oficial en los seis meses siguientes. Aunque el acuerdo se estableció entre las marcas y el Gobierno, la Secretaría de Comercio citó previament­e a representa­ntes del sector textil de la CIAI, de la Fundación ProTejer y de la Federación de Industrias Textiles Argentina (FITA) para la definición de la propuesta.

“La intención era hacer un acuerdo de precios por lo menos por unos meses o tener una previsión para el corto plazo. En principio solamente están involucrad­as algunas marcas, las premium, como una señal al mercado de que estamos ocupándono­s del tema”, mencionó el presidente de la Fundación ProTejer y agregó: “Cuánto va a repercutir en el IPC no lo sé. En mi opinión personal y no como funcionari­o de la Fundación, creo que va a ser poco porque el sector está muy atomizado y las ‘marcas premium’ solo representa­n una porción chica. Para mí hay que hacer un acuerdo un poco más amplio pero eso lleva tiempo porque es muy difícil controlarl­o, además de que el sector textil es tan amplio que cada parte tiene una lógica completame­nte distinta”.

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NA MIRANDO. Una postal que se repite mucho en el sector, clientes que miran pero que no llegan a adquirir la prenda finalmente.
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NA REBAJAS. Las ofertas serían la única opción para las familias.

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