Bombas que explotan
el kirchnerismo está recogiendo ante el resultado de su mala gestión y sus mentiras.
preocupado. Su gestión ha sido, hasta aquí, absolutamente ineficaz para combatir con algún éxito la inflación. “Esta invasión terrible e inoportuna de contrarios sucesos nos aguarda desde el primer sollozo de la cuna”, reza uno de los párrafos de la inmortal
de ese sevillano ilustre que fue Andrés Fernández de Andrada, que bien podría aplicarse a varios de los integrantes del gobierno del Frente de Todos contra Todos. Un condimento adicional: las medidas del líder del Frente Renovador les ponen los pelos de punta a CFK, a su hijo Máximo y a todo defensor del relato kirchnerista. “Acusan a Sergio de ceder ante el campo y lo tildan de mano blanda con los empresarios. Para algunos es más importante hacer fulbito para la tribuna que mantener a salvo la gestión”, dicen allegados al Frente Renovador.
A este compendio de artillería conocida como fuego amigo debe agregarse un capítulo central. Un reconocido economista que prefirió mantenerse al margen del Gobierno dijo en la primera rueda de paritarias: “Para determinar el grado de conflictividad social hay que prestar atención al número que reclaman los gremios. La desmesura es un indicador peligroso”. Pablo Moyano, líder de Camioneros, Sergio Palazzo, diputado nacional al mando de La Bancaria, y el ya conocido conflicto de los trabajadores neumáticos echaron nafta al fuego con paritarias que van de entre el 94% y el 130% –que intentan llevarse los Moyano para no dejar al peronismo detrás de la izquierda–.
Con ese nivel de recomposición salarial en un contexto inflacionario como el actual, no hay país que aguante. La solución más fácil para el Gobierno es darle a la maquinita y continuar alimentando un círculo vicioso que no conduce a nada.
A este “infortunio” hay que agregarle la desastrosa y fatal actuación de la Policía Bonaerense asignada a la seguridad del partido entre Gimnasia y Esgrima La Plata y Boca. El reguero de muerte, heridos y devastación que dejó la actuación de la fuerza fue producto de un accionar descontrolado y brutal. Si esto hubiese ocurrido en el gobierno de María Eugenia Vidal, desde CFK hasta el hoy Presidente, pasando por organismos de derechos humanos e incluyendo a Axel Kicillof, estarían exigiendo, cuando menos, la renuncia del ministro de Seguridad. En cambio, ninguno de los mencionados protagonistas lo ha hecho con Sergio Berni. El actual ministro es tan ineficaz como igualmente intocable. ¿Será, como lo hacen circular a modo de murmullo las voces de muchos de los habitantes del poder, porque conoce muchos de los secretos de la vicepresidenta?
Los dos ministros de Seguridad más “notorios” del Frente de Todos contra Todos –Aníbal Fernández y el susodicho Berni– exhiben un nivel de fracaso monumental.
Lo que le está ocurriendo al kirchnerismo es que le están explotando las bombas que, entre 2015 y 2019, le explotaron al gobierno de Mauricio Macri. Esos acontecimientos, de dolorosas consecuencias para la ciudadanía toda, van dejando al descubierto no solo la mala gestión del oficialismo, sino también sus mentiras. Como dijo Abraham Lincoln: “Se puede engañar a todos por algún tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero lo que no se puede hacer es engañar a todos todo el tiempo”.