“La situación de Córdoba es distinta a la del Gobierno nacional”
El próximo sábado, Daniel Passerini asumirá como el nuevo intendente de la ciudad de Córdoba. Le esperan una serie de desafíos trascendentales para la ciudad, enmarcados en un contexto nacional complejo, con Javier Milei como nuevo presidente anticipando un paquete de medidas que tendrán un duro impacto en la sociedad.
A días de su asunción, recibió a PERFIL CÓRDOBA para dialogar sobre lo que serán los principales ejes de su gestión y de los desafíos que lo esperan desde el momento en que asuma al frente del Palacio 6 de Julio.
–Se espera un paquete de medidas económicas que el propio presidente electo definió como ‘de shock’. ¿Cómo piensa que podrá desarrollar su gestión en un contexto tan complejo como el que se avizora?
–El piso del cual parte la gestión nacional es de un déficit acumulado por muchos años, con una situación muy grave. Las decisiones que tiene que tomar el presidente electo son distintas a las que tiene que tomar el gobernador de Córdoba o el intendente de la ciudad, porque nosotros hace cuatro años comenzamos un proceso de saneamiento financiero y administrativo, reconvirtiendo los plazos del pago de una deuda en dólares.
Tenemos otro horizonte, iniciamos un proceso de reordenamiento de las finanzas municipales. Dimos vuelta los números, de un presupuesto en el que se iba el 90 por ciento en sueldos, hoy es el 47 por ciento. Valoramos eso como una fortaleza, nos permitió invertir más recursos en obras, infraestructura, servicios.
Entendemos que las decisiones económicas del próximo Gobierno nacional van a impactar en las provincias y en las municipalidades más allá de las buenas administraciones.
–¿Cree que la gestión nacional puede llegar a condicionar su trabajo al frente del municipio?
–Siempre ha sido una práctica común no opinar de las
El intendente electo dialogó con PERFIL CÓRDOBA en la antesala de su asunción del próximo sábado. Anticipa un escenario complejo y explica cuáles serán las medidas que seguirán de cerca desde El Panal y el Municipio. Además cosas que no pasan. Se habla de un paquete de leyes que Milei va a mandar al Congreso y que seguramente genere un impacto. Las que a nosotros más nos interesan son las vinculadas a los subsidios, si los va a haber, cómo se van a distribuir. Por otro lado, queremos insistir con temas como el boleto federal, la energía, habla de la futura relación con el Suoem y adelanta cuáles serán los ejes centrales de su gestión, entre ellos, la seguridad. Esquemas en espejo con la Provincia y un análisis político del peronismo que se viene tras la salida de Schiaretti. son cuestiones de impacto directo en nuestro presupuesto. Seguimos atentamente temas como la posibilidad de la compensación por Ganancias o la situación de la Caja de Jubilaciones.
–Usted tiene un contacto muy cercano con sectores vulnerables por su trabajo en barrio Müller. ¿Cuánto le
preocupa la cuestión social teniendo en cuenta la difícil situación que atraviesa Córdoba respecto a los altos índices de pobreza?
–Mucho. El impacto de la crisis económica, que tiene causas políticas, impacta directamente en lo social. Ya estamos viendo una merma en el consumo y en la actividad comercial. Esa caída afecta a los ingresos del Estado que es el único que hoy invierte en lo social. La salud pública está sobredemandada porque mucha gente se queda sin obra social. Hay mucha expectativa por dónde va a ser el reordenamiento fiscal. En dónde va a dejar de poner recursos el Estado nacional. La Argentina pasó varias crisis y la más dura fue la del 2001, cuyas heridas aún nos duelen. Estamos expectantes respecto a lo que va a pasar. Todos queremos que al nuevo gobierno le vaya bien. Ha tenido un triunfo contundente en nuestra ciudad y nuestra provincia. Tiene un crédito inicial muy fuerte y esperemos que esas expectativas canalicen decisiones políticas adecuadas.
–La gestión de Llaryora se caracterizó por la modernización y la descentralización. ¿Cree que la suya, por convicción o por necesidad, va a estar signada por la cuestión social?
–Vamos a tener que poner muchos recursos en temas sociales, como fortalecer el sistema de salud, la educación pública. Vamos a tener una demanda directa en estos temas. No obstante, los ejes de nuestra gestión son los que prometimos en campaña. Nuestra agenda principal pone el foco en la seguridad. Queremos ser el primer municipio que tenga un espacio de seguridad ciudadana dentro de la Municipalidad, con una fuerza propia. Ya estamos orientando las inversiones que tenemos que hacer. Nuestra expectativa es que en marzo comience a funcionar articuladamente con la Policía de la Provincia, que tenga móviles propios, cuyos efectivos estén capacitados, usen armas no letales. Queremos combinar estrategias territoriales, construir una policía municipal de cercanía que sea una especie de guardia urbana que cuide los espacios públicos. En los barrios que articule con los clubes, los centros vecinales, las iglesias, que son los que conocen los puntos críticos a la hora de proteger. Sería una negligencia de nuestra parte crear un servicio que se superponga con otro. Además vamos a incorporar mucha
tecnología, profundizando el trabajo que se hizo hasta ahora en este sentido.
–¿Le molesta cuando se habla de un armado en espejo de los gabinetes municipal y provincial? En realidad, lo que se dice es que el que arma es Llaryora.
–Es una decisión articulada que tenemos con Martín. Para nosotros es una enorme fortaleza articular con el gobierno de la provincia. El gabinete municipal que él deja es una base para diseñar lo que viene. Pero no sólo trabajaremos con la provincia, sino que vamos a contar mucho con el sector privado. Entendemos el concepto de salud pública como la suma de lo privado y lo estatal. La idea es trabajar en conjunto para tomar decisiones.
–¿Cuál cree que será el sello o la impronta de su gestión?
–Una cuestión tiene que ver con integrar acciones para optimizar resultados. Hablo de integración desde lo social y político con una visión humanista. No podemos seguir siendo indiferentes a situaciones que trascienden en la sociedad. Hay un nivel de violencia social, de tensión social, que tiene como base la crisis económica y se ha agravado muchísimo después de la pandemia. Muchos sanitaristas consideran que vivimos una pandemia de enfermedades mentales. En ese sentido necesitamos generar puntos de contacto. De la Sota los definía como ‘puentes’. Conectar a distintos sectores de la ciudad. Pacificar, Córdoba cuenta con el Comipaz, que es referencia en materia de diálogo para construir consensos, algo que debe ser definido como una política pública. Para algunos esto puede no ser importante, para nosotros es esencial.
–¿Son muchos los nombres que se están definiendo en estas horas?
–Prácticamente está todo definido. Lo vamos a anunciar antes de la asunción. Va a ser un gabinete de caras conocidas, otros funcionarios van a jugar roles diferentes. Va a haber incorporaciones, vamos a fusionar áreas dispersas, otras se van a crear, como seguridad. El gobierno debe responder a las necesidades que plantea la ciudadanía. Córdoba ha encontrado un espacio para potenciar la industria del conocimiento, el turismo, la industria. Hemos definido un espacio para que las start up generen empleo, todo esto se va a potenciar. El sector del desarrollo económico va a tener un lugar importante en nuestra gestión.
–La gestión de Llaryora tuvo como sello la recuperación del espacio público. ¿Esa política puede continuar o hay que direccionar fondos en otras cuestiones?
–Fue una de las inversiones con un impacto directo muy alto. Apostaremos a que en cada barrio haya un espacio de encuentro. Vamos a seguir destinando inversiones en eso. Queremos una ciudad más verde, forestada.
Estuvimos en La Piojera donde se entregó un espacio para ampliar ese sector y la gente nos agradecía la intervención que se hizo en las plazas Jerónimo del Barco y Colón, entre otras. Espontáneamente, la gente nos reconoce esas acciones. La recuperación del Jardín Botánico, del Parque Las Heras y podríamos hablar de mucho.
Aún queda mucho por recuperar. La gente nos plantea los lugares donde la plaza no se recuperó y es bueno para nosotros que la vara esté alta.