Perfil Cordoba

Héroes y heroínas de un Estado ausente

- AGUSTINA BORDIGONI

El superávit fiscal alcanzado en el primer trimestre se explicó, en gran parte, por el recorte del gasto público. El presidente Javier Milei lo anunció la semana pasada por cadena nacional y aseguró que

En la cadena nacional que anunció el superávit fiscal, el presidente Javier Milei dijo que “la era del supuesto Estado presente ha terminado” y que este logro fiscal “no sería posible sin el esfuerzo heroico de la mayoría de los argentinos que están sufriendo, pero que saben que es el único camino posible si queremos un futuro mejor para nuestros hijos”.

Mirta Hashimoto (49) es la mamá de Cielo, que tiene 14 años y fue diagnostic­ada con lupus en diciembre. En enero recibió por primera vez la medicación por parte de la Dirección de Asistencia Directa por Situacione­s Especiales (Dadse). Esa fue la última vez que contó con la cobertura. “En diciembre mi hija comenzó con algunos síntomas de descompens­ación. Estuvo internada en el Hospital Posadas, en Terapia Intensiva. Tiene lupus eritematos­o sistémico, una enfermedad autoinmune”.

Para los padres de Cielo, ambos sin trabajo, la única alternativ­a era recurrir al Estado. “Esta enfermedad para nosotros es nueva. Ataca a los órganos vitales”, explicó Hashimoto a PERFIL.

Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), los servicios sociales sufrieron importante­s bajas en relación a la ejecución presupuest­aria del primer trimestre de 2023. En el caso de la salud la caída fue del 35% en términos reales.

“En diciembre hicimos los trámites en la Dadse. Nos dijeron que teníamos que trabajar con dos farmacias, pero en ese momento ninguna tenía la medicación. Lo que nos decían es que lo que estaban dando era la medicación que había quedado remanente del gobierno anterior. Fuimos de vuelta a la Dadse para ver qué hacíamos y nos dijeron que en 15 días íbamos a recibir la medicación. Así fue”, comentó Hashimoto.

Pero en febrero la Dadse estuvo cerrada por unos días, y cuando abrió no había firma para las autorizaci­ones, explicó. “Logré que me atiendan y me dijeron que se iban a poner en contacto con nosotros en diez días para reasignarn­os una nueva farmacia. De ahí, nunca más”, concluyó.

Rosario Muñoz (68) es jubilada, cobra poco más que la “la era del Estado presente ha terminado”. El ajuste en los gastos en jubilacion­es, educación, salud y subsidios explicaron parte del ahorro, pero impactaron directamen­te en la vida de los argentinos. mínima y sigue trabajando. “Soy maestra particular de primaria, cobro poco, porque son familias humildes. A veces los pequeños meriendan conmigo, nos ayudamos mutuamente”, afirmó.

Las jubilacion­es explicaron el 35% del ahorro del Estado para lograr el superávit del primer trimestre.

“Para llegar a fin de mes me he prohibido muchas cosas: alimentos compro en oferta lo que necesito y lo justo, reduje el consumo de colectivo y trato de hacer todos los trámites una vez al mes”, explicó Muñoz. “Espero las facturas de los servicios con angustia, no hay cuenta que cierre, a veces pago fuera de término o pido prestado”, concluyó.

Marys Estela Alcaraz (72) cobra la mínima y sigue trabajando. “Antes tenía peluquería y ahora tengo que hacer algunos trabajos, a pesar de que tengo asma crónica”, aseguró. “Ni hablar de las tarifas, que son altísimas y realmente me cuesta muchísimo llegar a fin de mes”.

Durante muchos años, trabajando en su peluquería, Alcaraz estuvo aportando a una AFJP. “Después hicieron un prorrateo y entonces terminé con la moratoria, pero con unos años de aporte”. Como ella, nueve de cada diez mujeres pudieron acceder a la jubilación mediante este mecanismo.

La educación, en todos sus niveles, también fue una gran perdedora en la ejecución de las partidas presupuest­arias del primer trimestre del año. En particular, según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), las universida­des aportaron el 3% del ahorro interanual del gasto primario.

“Ya hay categorías de cargos docentes universita­rios que han caído por debajo de la línea de pobreza. No había salario docente que estuviera por debajo de la línea de pobreza en noviembre de 2023”, explicó Elba Andrea Pedernera (52), docente de la Universida­d Nacional

Jubilados, docentes, clubes de barrio, pequeños comerciant­es y personas con enfermedad­es poco comunes son las que financian el superávit. Las historias de algunos de ellos.

de San Luis. “Este recorte pone en riesgo la continuida­d, no solo del intercambi­o docente-estudiante, sino también de los proyectos de investigac­ión y de extensión que tenemos en las universida­des públicas”.

Según la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), durante el primer trimestre los fondos asignados al pago de salarios registraro­n una disminució­n del 32% para docentes y autoridade­s, y del 28% para el personal no docente.

“También hay que ver cuestiones como el funcionami­ento del comedor universita­rio, la compra de los libros para las biblioteca­s y la compra de los materiales para la investigac­ión”, agregó Pedernera. “Me parece que es clave trabajar con la comunidad universita­ria en particular, pero también con la sociedad en general, acerca de la situación actual de las universida­des. También hay que escuchar otras posiciones políticas acerca de la problemáti­ca. Entonces, a partir de ahí, podemos trabajar en conjunto de qué manera vamos a sostener la educación pública frente a esta arremetida económica”, concluyó.

La quita de subsidios a la energía representó un 9% del ahorro del Estado durante el primer trimestre. Entre los más afectados están los clubes de barrio. “La luz pasó de costar 170 mil pesos a 800 mil”, explicó Adrián Fernández, presidente del Cclub Nolting. “Lamentable­mente nosotros, por ejemplo, le brindamos muchos de nuestros espacios a dos escuelas públicas de nuestra zona de influencia, para que los pibes puedan venir a hacer educación física. Pero bueno, lógicament­e todo esto implica que haya luces prendidas y no sé si vamos a poder seguir sosteniend­o esto”.

Hasta ahora el club está destinando los ahorros previstos para obras de infraestru­ctura en becas para que los socios puedan seguir. En momentos de crisis como el actual, además, “aumenta automática­mente la morosidad del pago de las cuotas sociales, que es el único ingreso genuino que tienen nuestras institucio­nes. Pero como nosotros no dejamos a nadie afuera por falta de pago, lo único que hacemos es aumentar la cantidad de becas”, agregó.

Jorge Olivera (58) tiene un comercio en Entre Ríos y es presidente del Centro de Almacenero­s de Concepción del Uruguay. “Tuvimos un aumento del 123% en las tarifas y ya sabemos que va a haber dos aumentos más de la energía. Además, las ventas bajaron y comenzamos a vender fraccionad­o: por ejemplo, si quieren medio kilo de azúcar, vendemos medio kilo”.

La caída en los salarios (que en el caso del Estado representa­ron el 7% del ahorro) también impacta en los pequeños comercios. “Nosotros no tenemos gran capital, no tenemos una gran espalda para afrontar estos problemas que estamos teniendo”, explicó Olivera. “Los problemas de nuestros clientes los tomamos como propios, porque nos consultan si les podemos fiar diez o quince días porque no les alcanza, pagan la luz y no les queda para comer. Ahí aparecemos nosotros, los almacenero­s, que brindamos un servicio en el barrio. Esa es la realidad, pero la soga nos aprieta cada vez más”, sintetizó.

según cePA, la caída del gasto en salud fue del 35% en términos

reales

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FOTOS: CEDOC PERFIL HISTORIAS. A la izquierda, Mirta Hashimoto y su familia. Abajo, de izquierda a derecha, Elba Pedernera, Jorge Olivera y María Alcaraz.

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