Jóvenes y de derecha
Una marea de universitarios puso en aprietos esta semana a las fuerzas del cielo. Por primera vez desde que asumió su gobierno, Javier Milei sintió el impacto. Lo que más sorprende, no obstante, es que hayan sido estudiantes los que dieron el primer paso para señalar las contradicciones de La Libertad Avanza. ¿No era, acaso, que Milei se sostenía, precisamente, por impulso de los jóvenes?
Lo que se ha visto por estas horas obliga a repensar la alianza entre Milei y la juventud. Porque la puja por el presupuesto universitario puede haber alumbrado una nueva era para el oficialismo. Es que esa tan mentada unión entre actor joven y espacio libertario, una combinación que se suponía inquebrantable y que se constituía en la base sólida del mileísmo, podría estar ahora mutando. Dicho de otro modo, es momento de repensar a los jóvenes de la nueva derecha argentina.
Cuando Pablo Stefanoni publicó en 2021 ¿La rebeldía se volvió de derecha? se estaba preguntando si el escenario que ya se había instalado en Estados Unidos con Donald Trump y en Brasil con Jair Bolsonaro podría llegar también a la Argentina. Se trataba de un inédito paradigma, en el que la derecha se ampliaba entre los jóvenes para asumirse revolucionaria, contestataria e irreverente. Una curiosidad propia de la ciencia política moderna: una derecha que se vestía con ropas de izquierda.
Y así fue también por estas tierras: el inesperado triunfo de Milei se sustenta, en gran parte, sobre el apoyo de una juventud que se presenta rebelde y se asume de derecha, sin que haya ninguna contradicción en esos términos.
Norval Glenn fue el primer cientista social en analizar empíricamente el vínculo entre edad e ideología. Glenn quiso comprobar, precisamente, si los jóvenes tenían más tendencia a coincidir con posiciones de izquierda frente a los adultos, quienes se inclinarían hacia la derecha a medida que iban creciendo. En Envejecimiento y conservadurismo, que fue publicado en 1974, este sociólogo y profesor de la Universidad de Texas descubrió que, efectivamente, los adultos se ubicaban más en posiciones de derecha que los jóvenes.
Pero como lo hizo antes
la puja por el presupuesto universitario puede haber alumbrado una nueva era para el oficialismo
Trump en los Estados Unidos, o Bolsonaro en Brasil, Milei llegó para romper ese modelo interpretativo también en la Argentina: ahora los jóvenes también son de derecha.
En Los picantes del liberalismo. Jóvenes militantes de Milei y “nuevas derechas”, Melina Vázquez se pregunta cómo se construye un militante joven de
Milei. Para responderlo primero reconstruye una mirada de largo aliento sobre la trayectoria de la militancia juvenil desde el regreso de la democracia en Argentina y su vinculación con la derecha. La discusión sobre la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y las medidas de aislamiento social durante la cuarentena obligatoria durante la cual “ser de derecha” se convierte “en un principio de reconocimiento y de presentación”. En ese marco analiza el ingreso de militantes a colectivos liberales y libertarios que gravitan en torno a la figura de Milei.
Es que Milei representa entre los jóvenes el despertar de una nueva derecha. Algo que bien supo sintetizar Agustín Laje en La batalla cultural. “La rebeldía se volvió de derechas y no podía ser de otra manera –sostiene el intelectual preferido de los libertarios–. La rebeldía consiste en decir no al sistema establecido. Desde que el sistema establecido hizo del progresismo su dogma oficial, no podía ocurrir otra cosa distinta: el derechismo está despertando su propia potencia rebelde”.
¿Habrá cambiado algo esta semana entre los jóvenes y Milei?