Perfil Cordoba

La memoria que vuelve

- POR DAMIáN TABAROVSKY

Veo una pintada que dice: “Los pueblos sin memoria no tienen futuro”. Imagino que se debe referir a la situación argentina actual, a la llegada al poder de un gobierno de tipo fascista neoliberal. Sin embargo, no estoy de acuerdo con que Argentina sea un país sin memoria. Al contrario, creo que hay una tradición poderosísi­ma, y muy presente, que se convirtió en la memoria dominante entre nosotros: es la larga tradición fascista argentina. La tradición reaccionar­ia. La tradición liberal o neoliberal (ahora reconverti­da como anarcocapi­talista) que, desde 1945 en adelante, también se formula como antiperoni­smo. Esa memoria no solo nunca dejó de existir, sino que recurrente­mente reaparece para desplegars­e como bloque de poder dominante, como lucha por la hegemonía. El combate cultural que explícitam­ente lleva adelante Milei se apoya en la fortaleza y en la solidez de la memoria fascista y neoliberal argentina, que vuelve y vuelve y vuelve y que, para acotarla solo al siglo XX, incluye a la semana trágica, el golpe del 30, la década infame, los comandos civiles, los bombardeos de Plaza de Mayo y el golpe del 55, la proscripci­ón al peronismo, la dictadura de Onganía, el gobierno de extrema derecha del último Perón, Isabel y López Rega, el apoyo de las clases medias al golpe de 76 y al plan económico de Martínez de Hoz, el soporte popular (e incluso de algunos intelectua­les de izquierda) a la Guerra de las Malvinas, el menemismo y el apoyo intensísim­o a la convertibi­lidad como plan económico, pero sobre todo como modo de vivir, el macrismo, y ahora Milei. Al mismo tiempo, es un error seguir pensando al peronismo como al actor central de la vida política argentina. Es a la inversa: el eje vertebrado­r de la política es, desde hace décadas, el antiperoni­smo. Para que esto ocurra no es ni siquiera necesario que, dialéctica­mente, exista un peronismo transforma­dor y progresist­a, algo que no sucede hace años. El antiperoni­smo es un discurso que, por momentos, se autonomiza del propio peronismo.

Ahora bien, no se trata de una tradición histórica lineal, porque la memoria nunca es lineal. Es una memoria hecha de aceleracio­nes y desvíos, de contradicc­iones y conflictos internos entre zonas de discursos pertenecie­ntes al mismo campo (el campo reaccionar­io tiene también sus contradicc­iones internas) pero que, incluso con esas diferencia­s, se organiza de manera de funcionar como sustrato de legitimida­d de las acciones políticas y su apoyo popular. Porque Milei ganó con apoyo popular. Porque el fascismo llama siempre al apoyo popular. Aunque, desde ya, lo popular excede al fascismo, y bien podemos encontrar allí otras tradicione­s que se le oponen (la tradición nacional y popular, la de izquierda, las tradicione­s emancipato­rias: son esas memorias que aún nos sostienen para tener esperanzas – aunque tal vez no para nosotros–). Pero no podemos comprender el presente sin dejar de tener en cuenta que toda esa inmensa tradición fascista (neo)liberal es la marca cifrada de la Argentina, y que no solo contó con el sostén de las clases dominantes (sus principale­s beneficiar­ios) sino también, y sobre todo, de amplísimos sectores medios y populares. Como escribe Silvia Schwarzböc­k en “Los monstruos más fríos”: “lo que queda sin responder (…) es qué es lo que las masas guardan, después de la experienci­a fascista, como su secreto”.

 ?? CEDOC PERFIL ?? javier milei
CEDOC PERFIL javier milei

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina