“Hoy la soledad está disfrazada de aplicaciones, redes y bares”
Los intérpretes protagonizan “Comienzo”, obra de David eldridge, dirigida por Daniel Veronese. analizan juntos la desigualdad de género en la argentina.
omienzo” es una obra de teatro del inglés David Eldridge que explora los vínculos sexo afectivos, en el contexto contemporáneo de aparente disponibilidad para los encuentros, pese a lo cual la soledad es un flagelo generalizado. Los sábados y los domingos la pieza se ve en el Teatro Picadero, dirigida por Daniel Veronese y protagonizada por Vanesa González y Gastón Co-cchiarale, quienes presentan aquí la propuesta.
—¿Cómo son los personajes de cada uno de ustedes y cómo se delinea el conflicto entre ustedes?
— GASTóN COCCHIARALE: Mi personaje, Dany, es un treintañero bastante lastimado por la vida. Tiene una fragilidad y una masculinidad tan sensible, que lo hacen muy querible. El personaje que hace Vanesa lo desorienta. La obra pone la lupa sobre cuestiones universalmente humanas que se juegan en un primer encuentro sexo afectivo entre dos seres, y al que mi personaje llega con miedos, inseguridades y necesidades muy distintas a las del personaje de Vane. En ese choque de universos, aparece el conflicto. Sucede un intento de encontrarse, un intento de relacionarme con otro ser al cual deseo. Pero, como todo lo que tiene que ver con el deseo, no será nada sencillo.
— VANESA GONZáLEZ: Laura es una mujer de aspecto vital, alegre, fuerte y omnipotente. Tuvo un pasado fuerte y hostil, perdió a su madre y a su padre y quedó bastante sola en el mundo; se aferró a su crecimiento profesional y a una vida de confort e independencia que no la satisface. Sueña, tiene una enorme sensibilidad y desea encontrar a alguien que la haga sentir en casa. Con Dany, ella pensaba que se desnudarían rápidamente y tendrían sexo, pero, este encuentro plagado de miedo y errores la invita a quedar a corazón abierto, a sincerarse con ella y con él, a animarse a la pérdida.
La escucha puede ser una oportunidad para dejar de ver al otro como una amenaza.
—¿Cómo fue el trabajo de dirección de Veronese?
—C: Veronese no te deja pasar una, con una exigencia que eleva la vara, con una humanidad y ternura para dirigir poco habitual. Su búsqueda fue hacia encontrar estos dos seres frágiles y honestos que propone la obra, y el tono y ritmo para generar un relato atractivo, ya que el espectáculo somos Vane y yo con un vino durante una hora
en un living comedor, sin
más artilugios teatrales que el cuerpo y la palabra.
—¿Qué formas de la soledad en el mundo contemporáneo retrata esta obra?
—C: La obra retrata, con humor y crudeza, la soledad y los miedos de una generación que ha intentado destruir muchos mandatos anteriores, aunque algo de su inconsciente los desea. Estamos en permanente contradicción entre el ser y el deber ser respecto a esos mandatos. Sobre todo, en materia de relaciones de pareja, la construcción de un hogar, el tipo de vínculo. Queremos destruir lo viejo, pero tampoco entendemos mucho lo nuevo.
— G: Vivimos en ciudades en las que nunca terminás de estar del todo solo. Es una soledad que a veces nos hace correr el riesgo de olvidarnos de avanzar hacia otros objetivos y deseos, pero procastinamos. La soledad también aparece disfrazada de aplicaciones, redes y bares. La obra presenta estos temas, con ternura, amor, entusiasmo y humor.
—Gastón, ¿cómo
viviste las recientes declaraciones de Guillermo Francella, en las que brinda su expectativa positiva sobre el actual gobierno argentino?
— G: Con Guille tenemos un vínculo afectivo además del laboral. Hemos charlado varias veces de política con mucha amorosidad y respeto. Coincido plenamente en que este país necesitaba un cambio en muchos aspectos, pero yo no coincido en las maneras ni las formas que tiene este nuevo gobierno. Sobre todo, con el maltrato y el desprecio que viene recibiendo el área cultural.