FEMINISMO EN LA ARGENTINA DE HOY
A.M. —Habiendo participado de una obra como “Jauría”, que revisa el patriarcado a partir de una violación en grupo ocurrida en España, ¿cómo ven los discursos argentinos contemporáneos sobre las problemáticas de género y, en particular, acciones concretas como el reemplazo del Salón de las Mujeres en Casa Rosada o la desaparición del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad? ¿Es una suerte de revancha contra conquistas del feminismo? — C: Lo veo pésimo y me resulta aterradora la bajada de línea relacionada a las cuestiones de género, de los derechos humanos y del arte que hace este gobierno. Esa necesidad de endemoniar todos esos asuntos me llama la atención y creo que es importante reivindicarlos cada vez que tengamos la oportunidad. Desde ya, creo que muchas instituciones y organismos del Estado pueden mejorar su funcionamiento y eficiencia. Pero pasamos de eso a querer destruir y borrar todo lo construido de un plumazo. Me impresionan las pocas ganas de querer trabajar por construir algo mejor. — G: Me parecen una vergüenza las medidas que se están tomando. Absolutamente violentas y retrógradas. Actos innecesarios de una enorme provocación. El feminismo nada tiene que ver con el odio a los hombres. Es más, diría que los hombres están invitados y son parte de este movimiento social, político, económico y cultural, que busca crear conciencia y condiciones para transformar las relaciones sociales, lograr la igualdad entre las personas y eliminar cualquier forma de discriminación o violencia contra las mujeres.